En lo profundo de la Patagonia, entre majestuosas montañas y lagos cristalinos, vivió un hombre cuya determinación y espíritu transformaron un paisaje inhóspito en un hogar: Ricardo Tardón Sepúlveda, el
gran pionero del Lago Futalaufquen.
Nacido en 1868 en Penco, Chile, Ricardo llegó a la Patagonia a finales del siglo XIX, buscando un lugar
donde su sueño de prosperar se hiciera realidad. Tras recorrer la vasta provincia del Chubut, llegó a los
alrededores del Lago Futalaufquen en 1889. Con su corazón lleno de coraje, se asentó en estas tierras
vírgenes, enfrentando la dureza del clima y el aislamiento, pero nunca se rindió. El lago, las montañas
y los frondosos bosques que lo rodeaban se convirtieron en su refugio, y con trabajo incansable,
Ricardo empezó a dejar una huella imborrable.
Su primer asentamiento fue en la zona de Laguna Larga, donde se dedicó a la ganadería. A lo largo de
los años, extendió su presencia en la región, desplazándose hacia el Cerro Cocinero y, finalmente,
estableciéndose en el Cerro Situación, en lo que hoy es la Portada Centro del Parque Nacional Los Alerces.
Ricardo no solo fue un ganadero exitoso, conocido por comercializar grandes tropillas de novillos y yeguarizos entre Argentina y Chile, sino también un hombre de profunda generosidad. Facilitó el establecimiento a otras familias en la región, como su suegro Rudecindo Rosales y puesteros chilenos como Felidor Salinas, Juan Monsalve, Baldomero Cárdenas, entre otros ,quienes, tras su fallecimiento, se convirtieron en pobladores
consolidados del área, gracias a los Permisos de Ocupación Precarios (PPOP) otorgados
por la Administración de Parques Nacionales.
A lo largo de su vida, Ricardo Tardón expandió sus tierras y actividades, llegando a controlar más de 10,000 hectáreas ,desde Laguna Terraplén hasta orillas del Lago Futalaufquen (superficie otorgada por Dirección de Tierras de la Nación-Ministerio de Agricultura) .Esto le permitió continuar con su floreciente actividad ganadera. Sin embargo, el establecimiento del Parque Nacional Los Alerces en 1937 trajo nuevos desafíos, ya que muchos pobladores, incluido él, tuvieron que enfrentarse a la difícil decisión de abandonar sus tierras o aceptar el control estatal. Ricardo, con su espíritu aventurero intacto, decidió cruzar a Chile en busca de nuevas oportunidades. Trágicamente, en 1943, perdió la vida en un accidente en las aguas del Lago Yelcho, Palena , Chile.
Su legado, sin embargo, no se desvaneció. Su esposa, Tránsito Rosales, y sus hijos continuaron su obra, manteniendo viva la conexión de la familia con la región del Futalaufquen. Hasta el día de hoy, parte de su familia sigue ocupando las tierras que él ayudó a conquistar, y su nombre está profundamente ligado al nacimiento y desarrollo del Parque Nacional Los Alerces.
Ricardo Tardón fue un pionero y fundador de una comunidad, pero también un símbolo de resiliencia y conexión con la naturaleza patagónica.
Por Yanela Tardón, Lorena Kansas Jones , Angélica Tardón y Luis Vargas