El viernes pasado, una veterana con casi 30 años en el IPV, cerca de la jubilación, comentaba con un compañero de confianza las maniobras y manejos de los últimos tiempos en el organismo, donde pasó la mayor parte de su vida y ha visto circular a los más variados especímenes al mando:
“Es increíble lo que está pasando -dijo con cierta bronca-, estaba ilusionada cuando nombraron a Carlitos (Simionati) porque es un hombre de la casa, que conoce profundamente el Instituto y comenzó bien, consiguió fondos, mejoró la recaudación e incluso le abrió las puertas y contactos en Nación al Ministro Aguilera. Pero el pobre se enfermó y faltó bastante tiempo y ‘estas’ fueron tomando el control de todo, con ambiciones sin límites y sin importarles nada”. El empleado se interesó en conocer detalles de las movidas, requiriendo a la experimentada compañera informes sobre las últimas novedades.
La mujer, indudablemente un poco inclinada al chisme, se despachó con abundante información y sin preámbulos, empezó a soltar la lengua. “Recién la Cañadas estaba a los gritos por teléfono exigiendo a una empresa que traiga completa la documentación faltante porque le habrían adelantado el anticipo de obra y el papelerío estaría incompleto…”.
El hombre más joven aclaró que “había escuchado que se adelantaron a las empresas el anticipo del 20%, aparentemente tenían que poner un pedazo para la campaña de Trelew, algunos cobraron y no pasaron con el retorno, otros en el apuro oficial, ni habrían completado la documentación”.
La mujer, que indudablemente quería impresionar por la data, agregó: “En la reunión de Directorio otra vergüenza, parece que Marcelo Berruhet planteó con cierta lógica que él, como delegado del IPV en Comodoro, estaba podrido que en la delegación, que es relativamente nueva, no funcionan ni siquiera los baños, no tiene agua, ni elementos de limpieza. Es todos un desastre…”.
El hombre conocía el tema y le apuntó a la compañera datos muy interesantes “estos están de salida, saben que pierden, a Ivana le preocupa ser Diputada y es puro anuncio pero, aparentemente, hay bronca con Sandilo y la Abril y en ese enfrentamiento está complicada. Ahora, están preparando jefaturas de departamento acá para asegurarse un puesto bueno…”
Parece que esta charla relatada, palabra más palabra menos, es absolutamente real. Faltaría agregar que a Marcelo Berruhet, por quejarse en el Directorio, le van a suspender la creación de la Jefatura de Departamento en Recursos Humanos que le habían prometido. Por otra parte los fondos nacionales estarían llegando a cuentagotas, por las restricciones impuestas por el ajuste, pero, a pesar de ello, los arquitectos del sector de proyectos solicitaron en el directorio la reforma de ese Departamento de Proyectos, del segundo piso, porque tiene “impacto visual muy negativo” y con una inversión que no llegaría a los diez millones quedaría esa dependencia impecable.