miércoles, 6 de diciembre de 2023

El 17 de julio de 2003 se creaba el frente que buscaba dar un salto al bipartidismo en la Argentina, encabezado por el empresario y gran parte de los dirigentes que hoy se disputan el escenario nacional. Del Grupo Sophia y la Fundación Creer y Crecer a Juntos por el Cambio.

Los amarillos están de festejo pese a las fricciones en su interna de cara a las elecciones 2023. Es que un día como hoy, hace 20 años, se creaba el Frente Compromiso para el Cambio. La alianza- que tiempo después pasaría a ser Propuesta Republicana- estaba conformada por varios sectores encabezados por el Partido Justicialista, y surgía con el fin de respaldar la candidatura a jefe de Gobierno porteño de un empresario de alto perfil pero que no se había volcado apun a competir en el escenario político: Mauricio Macri.

En 2003, la formación que hegemonizaba una fórmula, Macri-Rodríguez Larreta, y dos espacios, la Fundación Creer y Crecer y el Grupo Sophia, se presentó a las elecciones legislativas de CABA para hacerle frente al peronista Aníbal Ibarra, quien buscaba la reelección de la mano de su vice, el actual director del Colón, Jorge Telerman. Ese año, la fuerza política que había nacido de la crisis, perdió.

Sin embargo, el frente opositor había logrado ganar la primera minoría, y obtener un 37,55% de votos, posicionándose como un competidor de peso. Y más importante aún: un nuevo actor en la política local con pretensiones nacionales.

Como resultado de la elección porteña del 24 de agosto, fueron elegidos cinco diputados de Compromiso por el Cambio, sin embargo sólo dos permanecieron en el bloque macrista: Jose Vanossi y Federico Pinedo. Los otros tres que lograron ocupar una banca en el Senado pertenecían al bloque del Partido Justicialista: Jorge Arguello, Lucrecia Monti y Cristian Ritondo, quien en la actualidad milita fervientemente las filas de Juntos por el Cambio y aspira a encabezar la lista de diputados del frente.

Tras esa primera derrota, la alianza lograría gobernar la Ciudad cuatro años más tarde. El partido intentaría-una vez más pero sin éxito-ganar con un nombre distinto las elecciones de 2005. En esa oportunidad, el frente-que en sus orígenes había integrado a dirigentes del peronismo y que abrazaba a distintas fuerzas políticas- se alió a nivel nacional con otro socio que regresó hace poco a la coalición, el exministro de la Alianza Ricardo López Murphy, y pasó a llamarse Propuesta Republicana.

“Cuando nosotros llegamos el peronismo era completamente imbatible, el radicalismo había prácticamente desaparecido. El PRO fue un fenómeno que no tuvo antecedentes en la historia argentina, y que cambió el sistema político, lo equilibró. Frenó el abuso del poder del kirchnerismo”, asegura Federico Pinedo

Con la incorporación del excandidato a Presidente -quien había abandonado recientemente la UCR para formar su propio espacio, Recrear para el Crecimiento-el PRO consolidó su identidad de centroderecha. Y con la ampliación del espacio también hubo otras pérdidas.

Juan Pablo Schiavi supo ser un hombre del macrismo hasta ese año, pese a que siempre se declaró peronista. En 2003 fue jefe de campaña del partido. Ahora, alejado de las filas del PRO, relata a El Cronista su participación en la génesis, cuando todavía Compromiso por el Cambio era sólo un ideal.

“Mauricio me convocó a fines del 2000 con el objetivo de trazar un programa de gobierno para la Ciudad de Buenos Aires, y ver con que estructura política se podía canalizar esto. Francisco de Narváez, se ocupaba de la configuración a nivel nacional, y en un momento se produce una incisión entre los dirigentes, y se dividen los equipos de trabajo”

“Las primeras reuniones se realizaban en Cañitas, en unas oficinas que tenía De Narváez. El lugar era una mega incubadora de Internet y no podíamos fumar, ahí empezó todo”, Juan Pablo Schiavi

“Con Macri, nos unía la misma pasión futbolera, yo había sido un funcionario municipal y él un contratista que estaba estrictamente comprometido en que quería lanzarse a la política. Antes de conocerlo, a mí me había impactado mucho su secuestro, y en algún momento comenzamos a trabajar juntos”, añade Schiavi.

“El primer acto público masivo fue en el Estadio de Obras, recuerdo que había una tribuna de peronistas, otra de radicales, algunos sectores conservadores de la ultraderecha. Salvo Macri, los oradores principales de esa época eran todos desconocidos. Recuerdo que habló la ex legisladora, Florencia Polimeni, y el ex jefe de gabinete de ministro, Marcos Peña”, rememoró.

Las elecciones de 2007, marcaron el desembarco definitivo del PRO en el poder ejecutivo de CABA. En esa oportunidad el espacio apostó por la fórmula Macri-Michetti y ganó en segunda vuelta con un 60% de los votos.

A la par que se consolidaba el poder del partido, crecía la popularidad del extitular del Club Atlético Boca Juniors, quien mantenía intacta su promesa y ambición de llegar a la Rosada. Sin embargo, tendría que esperar ocho años y un mandato más como jefe de gobierno para dar el batacazo en Nación.

En 2015 el partido no sólo lograría escalar a nivel nacional con la fórmula ganadora Macri-Michetti sino que también cumpliría otro hito. Por primera vez en 28 años el peronismo había sido derrotado en provincia Buenos Aires, y María Eugenia Vidal se convertía en la primera mujer en conducir el distrito. Ya entonces, la coalición se había ampliado hasta convertirse en Juntos por el Cambio

Los orígenes del macrismo
La actual ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, es una de las dirigentes que militó en las filas del PRO desde sus comienzos, cuando todavía se llamaba Frente Compromiso para el Cambio y recién daba sus primeros pasos en la política.

“Compromiso para el Cambio fue un punto de encuentro donde, mientras muchos argentinos pedían que se vayan todos, otros decidimos comprometernos para tratar de nosotros ser parte de la solución y de recuperar el rumbo y el camino de nuestro país. Fue un recorrido largo hasta que logramos conformarnos como un partido”, recuerda Soledad Acuña.

En ese entonces la funcionaria se desempeñaba como directora del Grupo Sofía, el equipo de Horacio Rodriguez Larreta que más tarde se uniría a la Fundación Creer y Crecer de Macri y Francisco de Narváez.

“En ese momento estaba de moda la serie yankee 24hs. Y una noche, tuvimos la idea de hacer un día entero de propuestas, una por hora. Entonces, con los legisladores, ministros y demás referentes íbamos a distintos puntos de la Ciudad para presentarnos”, narra la funcionaria.

Y completa: “A mí me tocó en Lugano, estaba en el Cesac a las 3 am haciendo propuestas de salud y me acuerdo que Mauricio anunció que comenzaba y finalizaba la jornada con un campanazo. Creo que eso resume la esencia de nuestro partido”.

Otra de las anécdotas de esa época original cuenta una costumbre que tenía Mauricio Macri en sus inicios como jefe de Gobierno porteño. Dirigentes del espacio recuerdan que el empresario solía ser muy estricto con los horarios, y que en cada reunión de gabinete colocaba un reloj en la mesa y cada persona que llegaba tarde tenía que pagar un monto estimado. También dicen, que con el pasar de los años, Rodríguez Larreta imitó esa práctica.

Federico Pinedo, al igual que Acuña, abrazó desde sus comienzos a la fuerza política, y encabezó la lista de diputados del espacio en las primeras elecciones, 2003 y 2007. “Siempre fue definido como un partido de poder, y no como uno testimonial o ideológico. Surgió para cambiar la realidad que había dejado la crisis de 2001, y se caracterizó siempre por una composición muy diversa, que pone foco en los equipos de gobierno, tanto en Ciudad como en la Nación. Eso es algo que se intenta mantener”, concluye el legislador.

Por fuera del partido, no faltaron quienes siguieron su trayectoria, analizaron de cerca sus movimientos y se interesaron por su evolución. El sociólogo y escritor Gabriel Vommaro fue uno de ellos. Autor de “Mundo PRO”(2015), “La larga marcha de Cambiemos”(2017) y “El sueño intacto de la centroderecha”(2023), opina sobre el porvenir de la fuerza política.

“Ahora está en un contexto de tensión y disputa, sobre cuál va a ser la línea programática dominante y la conducción. Por supuesto que el partido siempre tuvo sectores de derecha duros, pero el discurso electoral y el programa, la posición de los candidatos principales siempre fue muy moldeada por la idea de desidealizar al PRO, y ahora ese es el punto, si continuar con la misma postura o no”, explica Vommaro

Y apunta: “De alguna forma, Horacio (Rodríguez Larreta), aspira volver a esa idea del partido más desideologizado, y Patricia (Bullrich) y Macri, les pesa más la idea de un frente más posicionado”

También se refirió al rol que tuvo el exmandatario y de cómo viró. “Macri era el líder y el fundador indiscutible. En torno a él se organizó el discurso del partido, y era además la voz que ordenaba todas las internas. La única vez que eso no sucedió fue cuando Michetti compitió por la Ciudad con Rodríguez Larreta en 2015. Y a ella no le fue muy bien después de perder esa interna”, resalta el autor.

“Este hecho también demuestra que él encarnaba la situación de sanción dominante, pero ahora su figura debilitada ya no es nada de eso. Su rol a futuro no es claro y es algo que esta en movimiento y proceso de discusión”, añade.

Por otro lado, también el sociólogo refiere que esa búsqueda esta moldeada por las demandas de la sociedad. “La Argentina en la que evolucionó el PRO en 2005 tenía otras necesidades. Los partidos son la lucha interna del poder pero también la adaptación al contexto, y hoy- con el surgimiento de nuevos sectores de ultraderecha-el contexto exige definición”, finaliza.

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