Un dibujo de dos o tres casas rodeadas por torres de petróleo con unas mesetas de fondo es la primera imagen de esta localidad que tienen muchos niños de Buenos Aires. “Su casa conectada con Comodoro Rivadavia”, proponen los avisos de las revistas nacionales a fines de la década del ´40.
Se refieren al gasoducto “Presidente Perón”, que años más tarde será bautizado General San Martín. Es el primero en Latinoamérica y –por un breve período- el más largo del mundo, con sus 1.704 kilómetros que atraviesan mesetas, lomas y ríos. Lo cierto es que sólo Estados Unidos y Rusia cuentan con conductos gasíferos más extensos que éste.
La obra se había iniciado el 2 de febrero de 1947, cuando el presidente de la Nación Juan Domingo Perón soldó el primer tubo. El director de obra, Julio Vicente Canessa, decía antes de encarar la obra “lo difícil lo hacemos enseguida; lo imposible, tardamos un poco más”.
Poco más de dos años después, el 17 de septiembre de 1949, se terminan las obras del tendido, las cuales son inauguradas el 29 de diciembre.
Aunque en Comodoro Rivadavia y alrededores el gas por redes ya era disfrutado –y temido, en virtud de los accidentes-, en muchas localidades era un servicio impensado hasta la mitad de este siglo. De ahí, la importancia que se le da al gasoducto.
La publicidad indica que “con la habilitación del Gran Gasoducto Presidente Perón, obra magna del Plan del Gobierno, se ha iniciado una nueva era en materia de combustibles domésticos en la Argentina, al permitir a las poblaciones disponer del más extraordinario combustible gaseoso existente en nuestro planeta: el gas natural”
Antes de eso, el fluido “se perdía en la atmósfera o quedaba en la entraña de la tierra”. Aunque desde 1913 se extraía gas de las entrañas de tierras comodorenses, es recién ahora cuando aún en Buenos Aires se constatan las bondades de su uso.
A su amparo, en la planta compresora “Ingeniero Julio Canossa”, nace un barrio, a 12 kilómetros al norte de Comodoro Rivadavia, que más tarde será conocido como Gas del Estado.
Pasarán décadas y el gasoducto seguirá en la memoria como una de las grandes construcciones: “si hay un despegue de gas natural es, sin duda, a partir del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires, el más largo del mundo, entonces”, dicen las Historias del Gas en la Argentina.