domingo, 16 de marzo de 2025
Ivo Vincenzi, fundador y director del diario “El Pueblo”

Otro nuevo año comenzaba para los habitantes de nuestro pueblo y las perspectivas económicas eran iguales, por no decir peores que las del año que fenecía, por cuanto la crisis reinante se mantenía en todo su vigor y en el futuro inmediato no se vislumbraba solución alguna… En ello gravitaba el mal estado en que se encontraba el Valle, cuyas chacras, en un porcentaje del 50%, quedaron afectadas después de la inundación de julio del año pasado y cuya economía y bienestar repercutía poderosamente sobre el comercio local. Relacionado con este estado caótico de las finanzas locales, haré referencia a un artículo que en el mes de marzo y bajo el título de “No podemos pagar”, el semanario “El Pueblo” comentaba:

“Hay quienes creen que es necesario considerar al pueblo para que no pague los impuestos gravosos y confiscatorios que amenazan terminar con su poca vitalidad económica”. En otro párrafo expresa: “El angustioso ‘No podemos pagar’, lo ha lanzado el pueblo sin necesidad de incitaciones de ninguna especie y es la consecuencia lógica de la voracidad municipal, gravitando sobre el contribuyente y sobre el derecho a la defensa de sus intereses y de la propia vida, pues no es posible pretender imponer al pueblo los mismos impuestos de épocas de prosperidad, aumentados en muchos casos y creando otros nuevos, cuando todo se ha desvalorizado en una proporción del 50% y correspondería la rebaja de los impuestos en la misma proporción”.

“Ni los productores, ni los propietarios que no recogen actualmente beneficio alguno y pierden en la mayoría de los casos, ni el comercio, ni la industria, ni los profesionales que sufren las consecuencias del desastre de las dos grandes fuentes de riqueza del país, la agricultura y la ganadería, necesitan de incitaciones para no pagar lo que les es materialmente imposible y es por eso, que han lanzado el grito angustioso de “No podemos”, que nada ni nadie podrá hacer variar mientras no mejoren las condiciones económicas del pueblo. También es en el mes de marzo que se produce la gran crisis bancaria en Estados Unidos de América, cuyas consecuencias repercuten en el mundo entero, originando en nuestro medio nuevos factores de perturbación en nuestra ya endeble economía regional. En lo que respecta a nuestro país, el Gobierno Nacional resolvió abandonar al dólar como base para la cotización del peso argentino, tanto para el mercado externo como el interno, adoptándose en su reemplazo al franco francés.

Para paliar en parte la gran crisis reinante en la localidad y dando pruebas de amor al prójimo y de un gran espíritu humanitario, la Sucesión Pagasartundúa, propietaria de la Panadería “La Unión”, volvió una vez más a rebajar el precio del pan a partir del 1º de enero, el que quedó fijado en $ 0,20 m/n el kilo. ¡Cuántos chicos habrán podido comer pan en esos tristes días, gracias a la generosidad de la familia Pagasartundúa!

Como una demostración que pese a la crisis reinante, el pueblo de Trelew no se detenía en su progreso, nos encontramos con que en los primeros días de enero, se procedió a la habilitación del amplio y hermoso edificio del Palacio Municipal, cuya construcción se encontraba casi completada a fines del año 1932.

Dejo aquí aclarado que el edificio del Ministerio de Guerra, sito en B. Mitre al 300 (hoy sede del Distrito Militar Chubut), fue ocupado por las oficinas de nuestra Comuna durante veinte años, ya que se trasladaron allí en enero de 1913.

Textos de Matthew Henry Jones

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