viernes, 14 de febrero de 2025
William Clark y Rosario Arias – Pobladores de la estancia Otern Aike (hoy Palermo Aike y otros campos cercanos). Foto: Facebook Mi Río Gallegos

Nacido en Nueva Inglaterra y criado en Salem donde había sido preparado para constructor, se dedicó a la vida náutica, llegando a ser segundo capitán de la barca Snow Squall en su viaje de regreso desde Shanghai; pero una serie de contratiempos y persecuciones en alta mar que no vienen al caso comentar, hicieron que Clark quedara en las islas Malvinas, pasando más tarde al continente y engrosando la pléyade de pioneros-hacendados del territorio de Santa Cruz.

Llegado por 1866, recorrió el territorio en diversas ocupaciones hasta que actuó como gerente de la casa de comercio de Luis Piedra Buena en la isla Pavón, al mismo tiempo que poseía en propiedad una numerosa manada de yeguas y caballos, que pastaban en la costa sud del río Santa Cruz, llamado El Potrero.

Años más tarde, afincado definitivamente en la zona de Río Gallegos, se casó con Rosario Arias, matrimonio que tuvo tres hijos: Guillermo, Juan y Enrique.

De sus conocimientos y condiciones en las tareas que lo retuvieron hasta su muerte -acaecida en 1905- habla claramente el nivel a que consiguió elevar su establecimiento Otern-Aike, situado a ocho leguas de la ciudad de Río Gallegos, y que llegó a constituir una de las más sólidas potencias económicas de la zona y del territorio. Al fallecimiento del norteamericano Clark, le sucedió en la dirección del establecimiento su hijo Guillermo, con la conjunta colaboración de sus hermanos Juan y Enrique. Decía Musters que “era una satisfacción oírle decir a Clark, que tenía una opinión muy alta de la inteligencia de los indígenas y de sus disposiciones generosas. Los trataba con equidad y con bondad considerada, y ellos le retribuían con su confianza y amistad”, habiendo llegado a ser uno de los mejores amigos de los tehuelches.

Había sido el 27 de abril de 1869, cuando Musters, llegado a la isla Pavón, fue recibido por Clark ante la ausencia de Piedra Buena; y fue este norteamericano quien intercedió para que los tehuelches aceptaran a Musters en la primera excursión al norte patagónico.

Textos de Luis B. Colombatto

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