miércoles, 5 de febrero de 2025

El lunes  24 de noviembre de 1920, a eso de las 20.00 horas, se declaró un voraz incendio que alarmó a la población dada la rapidez con la que se propagaron las llamas, destruyeron 3 negocios ubicados en la calle 25 de Mayo entre Rivadavia y pasaje La Rioja. El fuego se inició en el almacén del señor De Paolis y en pocos minutos, pese a la gran cantidad de voluntarios que colaboraron para extinguir el fuego, este se extendió al negocio de la casa de modas y perfumería de la señorita Juana Massari y casi al mismo tiempo, se observaron lenguas de fuego en la peluquería del Sr Martín Binner y en el negocio de artículos para hombres de los señores Ardanaz y Taboada. La explicación de la rapidez de esta propagación, se debe a que los 4 negocios se encontraban ubicados en la casa propiedad del señor Martin Fennen, donde años atrás había tenido un tostadero de café y sus divisiones consistían en simples tabiques de madera, los que resultaron fácil presas de las llamas. Poco y nada pudo salvarse del voraz incendio, aunque de los 3, los que más suerte tuvieron en ese sentido fueron los señores Ardanaz y Taboada, por ser el que estaba más lejos del lugar donde comenzó en incendio.

Años más tarde, en la época en que el comentarista Juan José de Soiza Reilly, escribía sus notas en la revista Caras y Caretas, recuerdo haber leído un artículo sobre su visita a la cárcel de Azul, provincia de Buenos Aires, y de su entrevista con un célebre incendiario que fuera encarcelado al ser sorprendido en su quinto o sexto incendio, resultando ser ni más ni menos, que el señor Pedro De Paolis de este relato. En esta oportunidad, cuando se dio cuenta de que lo había descubierto en su maniobra se escapó hacia Chile, desde donde tiene que haber regresado al país y habrá continuado haciendo de las suyas hasta caer en manos de la justicia.

El sistema empleado en esta fue muy sencillo: dejó una plancha eléctrica conectada rodeada de material combustible para facilitar la iniciación del fuego, mientras que él, cerro el negocio y se hizo ver en los bares del centro para tener una buena coartada.

A raíz de este incendio, que de haber habido viento hubiera provocado todo un desastre, alcanzando también el Bar París, propiedad del señor Jorge Davignon, el que se encontraba en la esquina del pasaje La Rioja, se produjo un nuevo movimiento en el sentido de querer organizar un Cuerpo de Bomberos en el pueblo, idea que fue capitalizada por La Liga Patriótica Argentina, cuya comisión local paso una nota a la municipalidad comunicando que su sesión del 21 de noviembre habían resuelto crear un Cuerpo de Bomberos Voluntarios, solicitando la cooperación municipal, la que en ese momento se encontraba desarrollando su propio plan, el que se encontraba en ejecución con la instalación de hidrantes para las bocas de incendio en lugares estratégicos de la zona céntrica, los que fueron colocados en las bases de los faroles, bajo la supervisión del concejal Señor Davignon, sistema que existió durante muchos años y si en algunas oportunidades fracasó se debió a la escases de agua en los depósitos y en la falta de presión en las cañerías maestras. Cuando se efectuaron estas instalaciones, muchas casas de comercios y los 3 salones para espectáculos públicos  (San David, Teatro Verdi y  Español) aprovecharon la ocasión para colocar bocas de incendio en sus locales, lo que en su oportunidad fue muy elogiado por la población en general.

En la sesión del 4 de septiembre de 1920, el concejal señor Jorge Davignon informa sobre el estudio técnico realizado para la colocación de bocas de incendio, resolviéndose autorizar la compra de los materiales que se necesitasen para dejar el nuevo sistema en funcionamiento. Los materiales necesarios se compraron en Buenos Aires a la firma Mannesemann SA, en la suma de $ 769 m/n, resolviéndose demorar hasta más tarde la compra de la manguera de goma que por costar $9, 60 m/n el metro, les pareció muy cara.

Otra partidas de columnas e hidrantes fueron solicitadas a Obras Sanitarias de la Nación, la que accedió  a venderlos previo pago de la suma de $1080 m/n.

No obstante los equipos que estaba instalando la municipalidad, el gobernador doctor O. Franzoni a su regreso de un viaje a Buenos Aires, informó haber conseguido un carro portamangas equipado, varias escaleras y 30 uniformes, material que fuera cedido por el cuerpo de bomberos de la Capital Federal para la formación del Cuerpo de Bomberos de Trelew, por lo que se aconsejaba que la Liga Patriótica Argentina nombrase a una subcomisión para su atención.

Párrafos de Matthew Henry Jones

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