Una serie de tiroteos en la localidad canadiense de Langley, a 45 kilómetros al sudeste de Vancouver, en la provincia de Columbia Británica, ha provocado “varias víctimas”, según la Real Policía Montada. La presencia de una brigada de homicidios en el lugar de los hechos, reportada por la cadena pública CBC News, indica que hay al menos un muerto. Todas ellas eran personas sin hogar; la policía cree que el ataque estaba planificado.
La primera alerta, emitida a las 6.15 de la mañana hora local (15.15 hora peninsular española) hablaba de “múltiples tiroteos” en la región de Langley: uno en un centro comercial, otro en un casino y el tercero en una casa de empeños. Un portavoz de la policía ha indicado que hay un detenido, al que cree responsable de los hechos, y que, aunque considera que ha actuado solo, aún está intentando descartar que sea el único.
Aunque muy lejos del nivel de su vecino Estados Unidos, Canadá vive desde hace años un aumento de los crímenes con armas de fuego. Según el Gobierno canadiense, desde 2009 el número de delitos relacionados con armas de fuego ha crecido un 81%. Y aunque los incidentes de tiroteos masivos son raros, siguen sucediendo, como el ocurrido en 2020 en la provincia de Nueva Escocia, en el que murieron 23 personas. La creciente preocupación por el problema ha llevado al Gobierno federal canadiense a anunciar el pasado mes de mayo una regulación mucho más estricta de la compraventa de las armas de fuego, que supone una moratoria casi total.
El área metropolitana de Vancouver tiene desde hace décadas una población relativamente grande de personas sin hogar, provocada, sobre todo, por los altos precios de la vivienda. Oficialmente, según el último recuento, hay 2.095 personas sin hogar solo en la ciudad canadiense.