viernes, 25 de abril de 2025
Imagen ilustrativa del combate contra la escuadra imperial brasileña

La nave de guerra Itaparica, integrante de la flota imperial brasileña, que invadió el río Negro hasta Patagones, al mando del capitán Eyre, el 28 de febrero de 1827 recibió un nutrido fuego de metralla desde la batería asentada en la boca del río mencionado, que le causó importantes daños. Seguidamente, esta nave junto con la Escudero, terminaron anulando a la batería de tierra.

Entre el 2 y el 4 de marzo la Itaparica quedó varada por impericia del práctico, y el día 7 se rendía a las fuerzas nacionales.

Luego de esta batalla terrestre y fluvial, el capitán Bynnon se dedicó a poner en condiciones de guerra a los navíos capturados, y el 31 de agosto zarpó con las naves Itaparica -rebautizada Ituzaingó-, Chacabuco y Patagones (ex Escudero).

Finalmente, esta embarcación naufragó frente a la fortaleza de Patagones por acción de las aguas del río Negro. Cuenta Santiago Albarracín, que a su arribo a Patagones en noviembre de 1878 “Nos llamó la atención, al estar la marea baja, un escollo: los restos de un buque a pique hundido sobre el banco de la costa frente al muelle; esos restos, que estrechaban el reducido puerto de Patagones, eran todo lo que quedaba de la corbeta brasileña Itaparica (…)”.

Actualmente, en las grandes bajantes del río, suelen verse algunos restos de esta nave.

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