Jubilado de la justicia contaba asombrado la información que había recibido, sobre la desembozada presión que el ministro de Economía, Oscar Antonena, habría hecho en forma personal y directa sobre una ministra del Superior Tribunal de Justicia, apurando su designación como Administrador General de ese organismo.
“Cacho”, confiado en sus influencias, según mentideros judiciales a los que tiene acceso, habría abordado a la Ministra, profesional de vasta experiencia en la judicatura, exigiendo que se cumplan “las promesas que se me hicieron”, y asegurando que “tengo apoyo de Mariano y en el Poder Legislativo, llegada directa”.
La Ministra, para nada impresionada, le habría aclarado a “cachito” que él no puede ser Administrador General del Superior Tribunal porque no cumple los requisitos para el cargo ya que la ley exige que dicha función debe ser desarrollada por un abogado y él no lo es, por lo tanto difícilmente en ese marco legal podría ser designado.
Antonena, que está dispuesto a ajustar a los jubilados sin miramientos, está desesperado por pasar a la justicia, como un merecido retiro del guerrero y ante la objeción legal planteada le habría dicho a la sorprendida Ministra: “Por eso no te preocupes si hay que modificar la ley la hago modificar, yo tengo muy buena relación con los diputados Pais y Pagliaroni y el respaldo incondicional de Mariano que reconoce mi trabajo al frente del Ministerio y no duda en apoyar este merecido nombramiento mío”. Según contó el jubilado, Antonena cerró la conversación con una frase terminante “si la ley es la traba no dudes que tengo suficiente fuerza política para cambiarla y terminar con ese problema…”.
El jubilado, viejo conocedor de la justicia donde desarrolló su labor algunas décadas, aclaró ante los asombrados contertulios “creo que ‘cacho’, al que aprecio y conozco de pibe, en su ansiedad por el cargo se está cerrando solo los caminos para llegar, a la Ministra ni a nadie le gustan este tipo de aprietes menos de un funcionario de un gobierno en clara retirada”.