sábado, 19 de abril de 2025
Estampa bosque de Tierra del Fuego. Foto: Martín Gunter

Está compuesto principalmente por tres especies del género Nothofagus; lenga y ñire son las que aportan el hermoso color rojo en el otoño; el guindo o coihue permanece verde todo el año.

Conforma un ecosistema único en el mundo, las bajas temperaturas hacen que su crecimiento y regeneración sean más lentos, y al ser escasa la capa vegetal del suelo, y sus raíces, superficiales, los fuertes vientos provocan el entrelazamiento de las copas. El ciclo de vida de un árbol en este bosque, es de más de 300 años, y para que un ejemplar llegue a su edad adulta, pasan más de 100 años. Este bosque se extiende hasta la Isla de los Estados.

Ya en nuestros días, comenta Anne Chapman haber intentado cruzar algunos sectores de la isla, en medio de bosques enmarañados atravesados por lianas: “Los musgos que cubren el suelo y los troncos caídos dan la impresión del ‘infierno verde’ de la selva tropical”. Muchas de estas características se repiten en los bosques próximos al canal Beagle, en donde se aprecia un alto porcentaje de troncos ya secos, entre erguidos y caídos, y que en algunos casos supera el 50% de la población. En ambas secciones una característica los diferencia de los demás bosques patagónicos: la violencia y persistencia del viento que ha modelado la orientación de sus troncos y copas hasta “plancharlos”, en algunos casos, unos sobre otros. Al término de las VI Jornadas Antárticas y de Medio Ambiente de Magallanes (28/10/1994), se suscribió en Punta Arenas una declaración pública que solicitaba a las Legislaturas de ambos países prohibir la exportación de astillas del bosque nativo austral.

Tras una marcha popular de más de 6.000 vecinos de Ushuaia y Río Grande, la Legislatura provincial sancionó el 15/12/1994 la modificación a la Ley Forestal Provincial Nº 145, prohibiendo la exportación de astillas y rollizos desde la Tierra del Fuego.

Textos de Luis B. Colombatto

 

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