martes, 20 de mayo de 2025
A fines de los ’80, varios grupos de provincianos se reúnen en grupos para compartir y difundir las culturas de origen.

El Centro Catamarqueño, en 1980, tiene construido uno de los edificios más importantes de la ciudad y ofrece servicio médico de distintas especialidades a toda la comunidad. Sin embargo, la institución no ofrece espacios para la contención de las inquietudes culturales y solidarias de otros grupos de la misma provincia, así surgen el Centro de Residentes de Anillaco, Catamarca -1983-, el Centro de Residentes de Belén 1883-, el Centro de Residentes Virgen de Andacollo de El Puesto -1984-; a mediados de los ’90 se funda el Centro de Residentes de Tinogasta y, en 1999, se formaliza orgánicamente, el Centro de Residentes de Palo Blanco. Se trata de pequeñas poblaciones que, durante ochenta años, entregaron brazos para el trabajo petrolero en el sur.

Estas instituciones además de reunir a los paisanos del mismo pueblo, desarrollan básicamente una tarea solidaria destinada a mejorar la calidad de vida de los que residen en las comunidades de origen construyendo mini hospitales, refugios para peregrinos, casas de jubilados, envían útiles escolares y material para las escuelas y les dan a sus pueblos mucho más que el Gobierno de la provincia. Siguen siendo gente sencilla, pero aquí siempre tendrán más que la gente del pueblo y les alcanza -con mucho sacrificio- para hacer aportes a instituciones de bien público de Comodoro Rivadavia, como son la Casa del Niño, Guardería Los Grillitos y otras.

Entre los integrantes de estas asociaciones existen vínculos estrechos, cuando una organiza una fiesta están todos ayudando. Aunque utilizan mecanismos similares a las asociaciones de extranjeros en tiempos de la Segunda Guerra, muchas veces se los ha criticado por ‘enviar’ dinero y hacer obras en ‘otra parte’.

Otros grupos de provincianos logran formar instituciones efímeras -riojanos, tucumanos, salteños, litoraleños, cuyanos entre otros-, o bien atraviesan etapas cíclicas, esta falta de estabilidad institucional se puede comprender por la gran movilidad que estos grupos tienen entre sus lugares de origen y Comodoro Rivadavia, por lo que no tienen una gran necesidad de sostener espacios comunitarios para mantener y nutrir las tradiciones culturales.

En 1989, impulsados por la actividad cultural de la ciudad y después de las primeras ferias de las asociaciones extranjeras, algunos grupos de provincianos se reúnen para organizar la Primera Expo Feria de las Provincias, presentan stands con comidas típicas y artesanías; el canto y la danza están a cargo de artistas locales contratados.

Esta fiesta se transformará, unos años después, en una de las más tradicionales de la ciudad.

 

Fragmento del libro “Crónicas del centenario”.

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