Toribio de Luzuriaga era hijo de una familia acomodada de larga trayectoria hacendaría de Huaraz (PERÚ). Concluyó su educación en Lima y se desempeñó en cargos administrativos en la sede del gobierno virreinal.
Nacido en el pueblo de San Sebastián de Huaraz en 1782, un 16 de abril de aquel año, siendo sus padres don Manuel de Luzuriaga y Egarreta natural de Tolosa, capital de Guipúzcoa y su madre fue la dama huarasina doña Josefa María Mejía Estrada.
Primer Mariscal peruano. Prócer de la Independencia de Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador. En reconocimiento a su valerosa actuación fue condecorado con la Legión al Mérito y se le confirió la clase de Mariscal de Campo. En Lima fue condecorado con la Orden del Sol y obtuvo el ascenso a Gran Mariscal del Perú.
Fue un colaborador inteligente, fiel, y decidido en los grandes afanes de San Martín.
Presto servicios invaluables a la patria, defendiendo Buenos Aires contra los ingleses en 1807, activo dirigente en la Revolución de Mayo; fue guerrero en el Alto Perú, Gobernador Intendente de Corrientes en 1812, Ministro de Guerra en 1814, Gobernador de Mendoza de 1816 al 1820; ya como General del ejercito llevó la independencia al Perú, donde como vimos tuvo una destacada actuación civil y militar.
Se estableció como ganadero en Pergamino, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, donde vivió apremiado por las deudas (llegó a vender hasta sus condecoraciones), la mala fortuna personal (padeció sequías) y sufrió la ingratitud de muchos de los políticos de turno.
Con su salud quebrantada, sin recursos para subsistir y padeciendo la más humillante miseria, el 1 de mayo de 1842 se vistió con su uniforme de Gran Mariscal del Perú y se suicidó con un tiro de pistola.
De tenerlo todo por cuna, a perderlo todo por idealismo.
Por Miguel Ángel Mártinez