viernes, 25 de abril de 2025

Quizá estemos ante la primera vez en la era Milei que un DNU sea necesario y urgente, porque hoy el peligro no son las condiciones que ponga el FMI para darnos la plata sino las tentaciones del gobierno en usarla mal. Y en ese sentido el FMI, por propia conveniencia, lo puede controlar más que el Congreso.

El Gobierno argentino busca cerrar un nuevo acuerdo con el FMI y la aprobación del DNU lo ayuda en ese sentido.

Los DNU nunca son una buena cosa, excepto por razones de necesidad y urgencia, como dice su nombre. Además, hoy el modo de autorizar los DNU es institucionalmente demencial, puesto que una ley para serlo necesita la aprobación de las dos cámaras y un DNU puede tener el mismo efecto que una ley con la aprobación de una sola cámara. Un “regalito” que nos dejó Cristina, pero que hoy le viene requetebién al gobierno libertario.

Sin embargo, como dice Lilita Carrió, quizá estemos ante la primera vez en la era Milei que un DNU sea necesario y urgente, porque es inevitable acordar cuando antes con el FMI para que no se estanque el rumbo económico. Claro que es mejor una ley y no darle un cheque en blanco al gobierno, pero tan cheque en blanco no es porque al FMI, después de la metida de pata con Macri, le conviene que la plata esté destinada a reactivar y fortalecer la confianza y no a lo que se pueden tentar Caputo y Milei: a recibir el préstamo para mantener planchado el dólar y alejar el fantasma de la devaluación. Por ende, hoy el peligro no son las condiciones que ponga el FMI para darnos la plata sino las tentaciones del gobierno en usarla mal. Y en ese sentido el FMI, por propia conveniencia, lo puede controlar más que el Congreso.

De cualquier modo, los kirchneristas que no votarán el DNU porque exigen una ley, con decreto o con ley siempre estarán en contra porque sólo quieren que al gobierno le vaya mal y ayudar lo más posible para ello, colgándose de todo tumulto que venga bien a ese propósito.

 

Por Carlos Salvador La Rosa, sociólogo y periodista, para Los Andes

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