jueves, 6 de febrero de 2025
Asentamiento de la colectividad galesa en Gaiman.

Paulatinamente vamos bajando de la altiplanicie con un río importante en su medio. Es el río Chubut. Aquí prevalece el terreno cenagoso, a veces arenoso. Las rocas y peñascos, principalmente de granito marrón, que antes era común verlos, ahora se hacen escasos y pronto solo se ve un terreno ondulado con lomajes suaves y alargadas, donde llama la atención la pobreza de su vegetación. El fondo del valle con una anchura de unos 10 a 15 kilómetros ofrece un panorama más favorable. La huella por donde andamos pasa a ser un sendero de verdad y a ambos lados van apareciendo poblaciones ordenadas y lúcidas, amenas casas sobre el fondo más oscuro del paisaje, rodeados de bosquecillos verdes de álamos y sauces. Manadas de reses pastan en las praderas con jugosos pastos y -lo más importante- por fin se ven seres humanos. Hombres con el pelo y barba rubia rojiza, mujeres y muchachas delgadas, a menudo de estatura alta, están trabajando en la huerta delante de la casa o en el campo. De un lado se nos acerca una “dama” anciana, montando un carrito tirado por un caballo. Un poco más allá un chico joven cabalga en su alta caballería de labor a campo traviesa y nos mira con cara de curioso. Nos encontramos en terrenos donde comienza la colonia galesa en el río Chubut, que existe desde 1865 y que ahora ya cuenta con tres localidades: Gaiman, Trelew y Rawson. Esta última está situada casi sobre el borde costero y además es capital del Territorio y sede de la gobernación del Chubut. El poblamiento del Chubut básicamente empezó con estas colonias galesas.

El extenso valle del Chubut está poblado desde la costa hasta unos 75 kilómetros hacia el interior en dirección al oeste. Sus suelos consisten en una tierra gredosa mezclada con arena, con contenidos de caliza y arcilla, de aspecto gris blancuzco y en algunas partes incluso blanco puro. Esos se han originados principalmente a partir de masas de tosca erosionadas y desmenuzadas en pequeñas partículas, en las inmediaciones de las orillas del río. Esa tosca se manifiesta ampliamente a lo largo de las riberas en las paredes, con estratos de hasta 30 metros de grosor, a menudo conteniendo yeso, más precisamente yeso fibroso o yeso nodular.

Estando seco, este suelo es bastante duro e impermeable para el agua. Recién al trabajarlo, es decir mullirlo, el agua logra penetrarlo y se hace evidente la maravillosa fertilidad de esta tierra irrigada. Especialmente el trigo crece de manera formidable.

En muchas partes de las zonas ribereñas del río Chico había visto suelos similares, en especial aquellos lugares donde el cañadón no se hace demasiado estrecho y donde no hay presencia excesiva de roqueríos y piedras. Lo mismo vale para el lago Colhuapi y en Colonia Sarmiento. Pero tal como ya lo había mencionado, esos suelos resultan casi sin valor si no se irrigan. Con un adecuado sistema de riego sin embargo podrían, por ejemplo en Colonia Sarmiento, cultivarse unas 50 a 100 hectáreas de cada lote de 625 has, con trigo o alfalfa. Por las orillas del río Senguerr, al menos en algunas partes, los suelos son muy parecidos. A eso se suma el Gennoa, es decir en Colonia General San Martín y finalmente en la colonia 16 de Octubre. En esta última ya se está cultivando el trigo con buenos resultados. Lo que sin embargo pesa en contra de todos esos lugares del interior del Chubut, y lo que en definitiva hace que la agricultura por ahora sea prácticamente inviable, es el hecho de que sus vías de comunicación con los mercados del exterior sean demasiado dificultosas. Todo dependerá de la construcción de una línea de ferrocarriles, del tipo que sea. Sin líneas de trenes u otras vías de comunicación hacia la costa, todo el interior del Chubut permanecerá aislado e imposibilitado para comercializar su producción. Quien lograra tener una línea de trenes -y no se puede sino repetir con la suficiente asiduidad- podrá reclamar todas las riquezas naturales de este territorio.

El clima del valle inferior del Chubut es templado y bien soportable para el europeo. Las observaciones llevadas a cabo en Rawson sobre la costa del Atlántico (65° 5′ longitud oeste y 43° 17′ latitud sur) han arrojado un resultado bastante favorable.

Gracias a la construcción de las obras de regadío, que ha sido posible solo por el trabajo mancomunado de los galeses, se han logrado ampliar sustancialmente las superficies cultivables en el valle del Chubut. Hoy se cuenta con tres canales principales que atraviesan los bajos del valle. Dos de ellos miden 40 kilómetros y el tercero 80 kilómetros de largo y 5 metros de ancho. Para lograr dicho cometido, los colonos habían fundado tres sociedades las que se encargaron de la construcción y su posterior ampliación. Aparte de los canales principales hay un sinnúmero de canales pequeños y cunetas, instalaciones de embalses y cosas por el estilo. Los campos, que están separados entre sí por unos terraplenes de tierra de baja altura, se riegan a través de esas zanjas, y según las necesidades, el agua podría pasar de un campo compartimentado al siguiente.

Entre las especies arbóreas las más frecuentes y las que mejor prenden son el álamo y el sauce. Todos los ensayos han concluido eso mismo. Es lamentable que no se le dé más importancia a la plantación de árboles de parte de la población, a pesar de que ya se ha hecho algo escasa la leña por aquí. Hay que traer ramas y raíces de todo tipo de arbustos para tener material combustible, desde cada vez más lejos. Como consecuencia directa ese recurso se vuelve cada vez más caro. Hace solo un año una carreta de leña con 700 a 800 kilógramos costaba 5 pesos (aprox. 10 marcos); hoy día la misma cantidad, pero de calidad inferior, cuesta 8 a 10 pesos (aprox. 16 a 20 marcos). Es bastante difícil conseguir carbón para la calefacción. Y la gente ni piensa en plantar álamos, sauces u otras especies de árboles que se darían tan bien en estas condiciones climáticas, como por ejemplo fresnos, tamariscos o acacias. Dentro de pocos años unos centenares de árboles, cuya plantación y cuidado requieren relativamente poco esfuerzo, podrían significar la ganancia de una pequeña fortuna para cada propiedad. Sobre todo por ser tan indispensable la leña y la madera en esta región sin árboles, de seguro tendría buena venta por la alta demanda. Además no solo lograría un embellecimiento del paisaje sino ayudaría mejorar el clima y el suelo paulatinamente y daría reparo ante los fuertes vientos de oeste, que causan estragos y pérdidas en algunos cultivos y plantaciones en huertos y parcelas.

El sistema de riego actual se compone de: el azud frontal derivador con las dos compuertas y de un sistema de canales compuesto de dos canales principales, norte y sur, diez canales secundarios y tres canales terciarios, y un tejido de acequias comuneras. Hay 327 obras de arte de regulación. Tiene 360 km de canales de riego”. Gortari, Juan Miguel: Estudio integral de El Valle Inferior del río Chubut.

Fragmento de libro  “Chubut a caballo por la cordillera y pampa de la Patagonia central”, de Wilhelm Vallentin

 

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