lunes, 30 de junio de 2025

Antonio mandó en seguida a su joven hijo para tranquilizar a las mujeres y anunciarles nuestra venida. Desmontamos frente a los toldos, a unos cincuenta pasos de ellos.

El toldo de Antonio era el más grande y estaba colocado en el centro. Solo él y su hermano poseían una lanza. Había tres toldos a un lado y cuatro al otro, en total ocho toldos fabricados de pieles de guanacos unidas con costuras. Estaban colocados en fila, con el frente abierto mirando hacia oriente.

Pronto Antonio nos vino a visitar. Ya mientras veníamos me mandó decir que no me preocupara porque el camino, a pesar de la gran distancia de Patagones, era allí más seguro que el de Patagones al Tandil. También vinieron un tehuelche, pariente de Antonio, y su hermano Chilapata. Más tarde, la gente durmió una siesta y nosotros comimos Tschaschki. Al terminar la siesta, un guanaco tuvo el atrevimiento de mostrarse cerca. Los indios montaron sus caballos y lo persiguieron para comer caruto. En un instante estaba rodeado y boleado. Entretanto visité a la famosa Yerschgai (zorra), esclava de un instante estaba rodeado y boleado. Entretanto visité a la famosa Yerschgai (zorra), esclava de Antonio y mujer del tehuelche. Las mujeres pidieron bebidas y nos encarecieron mucho que les trajéramos aguardiente del Chubat. A ese precio, Yerschgai estaba gustosamente dispuesta a dar sus favores. Todos pidieron también yerba.

Tomado de libro GEORGES CLARAZ VIAJE AL RIO CHUBUT – Aspectos naturalisticos y etnológicos (1865-1866) Ediciones Continente. Publicación del Grupo – Rodolfo Casamiquela, En los Caminos de la Ciencia Patagónica

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