
En 1892, el Gobernador interino, don Alejandro Conesa, inició ante el Poder Ejecutivo Nacional, las gestiones para fundar una Colonia Pastoril en el Valle del río Genoa. Su intención era darle un lugar donde se radicarán los nativos que se encontraban dispersos por esa región teniendo en cuenta que se había sancionado la Ley 1532 (Ley del Hogar) y que tendía a mejorar la situación de los habitantes pobres de los campos. Pues Conesa consideraba que los habitantes originarios tenían tanto derecho como los extranjeros a ocupar una fracción de tierra.
Luego de enviar al jefe de Policía del Chubut, Don Arturo Woodley a realizar un reconocimiento de la zona y a darle difusión al proyecto, finalmente en 1895, un decreto del Gobierno Nacional decidió que podía fundarse la Colonia Pastoril General José de San Martin, en el Valle del río Genoa.
Se destinaron unos 200 lotes pastoriles de 625 has, cada uno, para que les fueran entregadas a los nativos de la zona. Así lo hicieron con las tribus que habían quedado dispersas y algunos pobladores blancos que habían llegado a la zona. El primer hombre blanco establecido en este Valle, en 1897, fue el mendocino Juan Ortiz, quien tuvo una muy buena convivencia con los nativos e incluso llegó a tener cierta influencia entre ellos.
Un informe del Gobernador Tello decía que para 1896 sólo se habían entregado unas 36 fracciones y para 1900 unas 50 más. A pesar de las protestas de los pobladores, recién en el año 1900 comenzaron a mensurar las tierras.
En 1899 – de acuerdo con la Ley nº 3814 sancionada para tal fin – se otorgó a Valentín Sayhueque y su numerosa familia, compuesta por más de doscientos integrantes, doce leguas en el Territorio del Chubut, de las cuales cuatro leguas eran para el cacique y las restantes eran para los demás miembros de la tribu. En enero de 1903, Roca firmó los títulos correspondientes y en septiembre del mismo año fallecía Valentín Sayhueque a los 85 años de edad, pero con la satisfacción de haber recuperado parte de su patrimonio.
Lo malo fue que el cacique había alquilado las tierras a un comerciante para establecer un negocio allí. Este luego fue transferido a Lahusen y Compañía, quien les daba muchas mercaderías a crédito a los hijos de Sayhueque. Cuando pasó el tiempo y ellos no pudieron saldar la deuda, la firma presentó una demanda judicial y por más que trataron de demostrar sus razones, los aborígenes perdieron el juicio en 1930. Al abandonar el lugar quedaron en la miseria.
La Colonia José de San Martín está ubicada, como ya dijimos, en el Valle del río Genoa, un lugar amplio y herboso, donde abundan los menucos y juncales. El viento ha sido el gran enemigo del lugar y su suelo es pedregoso, ideal para edificar, pero cuesta mucho mantener una huerta y hacer crecer los árboles.
Entre los primeros pobladores se registraron además de los nativos y Juan Ortiz, los Señores Cecilio Crespo, Simón Anagoitía, Artemio Casarosa, Gabriel Stenti y otros.
La población fue creciendo muy lentamente y para 1918 había muy pocas casas dispersas entre sí. Fueron pasando los años y se fue instalado el Juzgado de Paz, la Oficina de Correos y Telecomunicaciones y Gendarmería Nacional entre otros.
La primera Comisión de Fomento Municipal, tuvo lugar en 1926, durante la Gobernación del Sr. Domingo Castro. Su primera sesión se celebró el 10 de abril de ese año, siendo su presidente, Herman Schrayer; Vicepresidente, Juan A. Belloep; Secretario, Juan A. Griceo; Tesorero, José del Río y Vocal, Gabriel Stenti.
Para el desarrollo poblacional se contó siempre con la ayuda solidaria de los vecinos y en menor medida, del estado territorial. La propia comunidad se encargó de edificar la Oficina de Correos, la Escuela, la vieja Comisaría, el Servicio Telegráfico (obtenido recién en 1939). El Monumento a San Martín que decora la plaza del pueblo fue realizado por la Primera Comisión de Fomento Municipal.
Fragmento del libro “Chubut, tierra de arraigos”