sábado, 27 de julio de 2024

En los primeros días de enero de 1962, alguien me llamó para decirme: “Sabemos que usted está investigando las actividades de Braden. Queremos ayudarlo”.

Desde hacía más de un año, efectivamente, trabajo en una historia del ex embajador norteamericano en Buenos Aires Spruille Braden. Es una historia de asombrosa osadía de los monopolios norteamericanos en Latinoamérica, encarnada de manera inimitable por el opulento hombre de negocios que enfrentó con mala fortuna a Perón. Poco después, alguien ponía delante de mí un dossier que en su carátula decía “Braden”.

¿Quién es Braden? La legendaria polémica entre Braden y Perón ha colocado en nombre del ex embajador norteamericano en Argentina en un campo mitológico.

Desde su nacimiento, Braden ha sido empleado de los Rockefeller, a cuyos intereses también sirvió su padre, un ingeniero de minas, que actuó como presta nombre de las dos mayores empresas de Rockefeller en Latinoamérica, la Anaconda Copper Mining Co., en Chile, y la Estándar Oil, en Bolivia. Spruille Braden siguió los pasos del padre, pero escaló posiciones de mayor relieve social: fue encargado de representar los intereses de Rockefeller en Latinoamérica en el nivel político, desde sus cargos diplomáticos, y por ello abandonó la gestión directa de los negocios comerciales.

Las minas de cobre, donde los trabajadores de Chile sufren las peores condiciones de vida, simbólicamente, llevan el nombre de Braden. La guerra Boliviano-Paraguaya se desató a causa de una disputa por territorios petrolíferos que habían sido adquiridos por Braden y al pie del tratado de paz de Montevideo, que puso a resguardo los intereses de la Estándar Oil en el Chaco, también está el nombre de Braden. Braden encabezo la campaña contra el Gobierno de México, a causa de la nacionalización del petróleo y es el mismo que interfiere en la política de Colombia hasta ahora, cuando su hijo, Spruille Braden Jr., representa los negocios de Rockefeller a través del Grupo financiero IBEC. Braden irritó a los cubanos siendo Embajador en La Habana con una descarada intervención para obtener la baja del precio del azúcar. En solo 5 meses que permaneció en Buenos Aires, logró convertirse en el emblema de la lucha nacional contra los Estados Unidos y cuando fue retirado de la diplomacia activa continuó provocando a los Latinoamericanos. Dirigió personalmente la campaña continental contra los gobiernos de Arévalo y Arbenz en Guatemala, desprestigió cuanto pudo el régimen nacionalista de Bolivia y denigró internacionalmente a Velasco Ibarra y a Vargas.

Por un explicable resentimiento personal, Braden no titubeó en extender su infalible método anticomunista también a los peronistas. En un plazo muy breve, la obstrucción de los monopolios a la política económica de Kennedy, (abiertamente expuesta en el conflicto de los magnates siderúrgicos con la administración federal, en abril de 1962) se ha transformado en el ataque desembozado a la Alianza para el Progreso. Este programa, tímidamente reformista, ha conseguido alinear en el mismo frente a los monopolios norteamericanos y a los sectores económicos y financieros que en América Latina dependen de grupos que, si bien en sus respectivas metrópolis, han dejado de ser factores principales de poder, aún conservan una parte de este y tratan de cualquier manera de recuperar terreno perdido.

Recientemente, Braden ratificó la posición conocida contra la Alianza para el Progreso “Spruille Braden, ex Embajador norteamericano en Cuba, Colombia y la Argentina, declaró hoy que una invasión por parte de las fuerzas militares norteamericanas es la única forma de aniquilar el comunismo en el país del Caribe. Si eliminamos a los comunistas en Cuba –opinó- se derrumbarán en todo el resto de América”.

“Braden declaró ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que la aprobación del Programa del Presidente Kennedy, de veinte mil millones de dólares en diez años, la Alianza para el Progreso de los países Latinoamericanos, sería dilapidar criminalmente el dinero de los contribuyentes norteamericanos

Párrafos extraídos del libro “La Rebelión de los Generales” – Primera Edición Julio 1962 – Rogelio García Lupo
Nota Edición: El informe de García Lupo sobre Braden es demasiado extenso para exponerlo en su totalidad, explica largamente la participación de Braden en la Guerras Civiles del Congo belga proveyendo armamentos, constituyendo en Washington el Katanga Lobby para asegurar el control del uranio del país africano. También explica largamente la relación que seguía manteniendo en Argentina con ciertos grupos de poder: “En 1962 el circulo Braden sigue existiendo. Estos son sus miembros prominentes: Alberto Gainza Paz, Baúl Lamoraglia, Francisco Manrique, Eduardo Augusto García y Manuel Ordoñez. Todos ellos mantienen correspondencia con Braden y aparecen mencionados indistintamente en cartas dirigidas a los otros. El nuevo Circulo Braden ha estado moviéndose con dinamismo en los últimos tiempos, particularmente a través de La Prensa y Correo de la Tarde, los diarios de dos miembros principales del Grupo, Gainza Paz y Manrique.

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