miércoles, 4 de diciembre de 2024

El peronismo está en permanente debate y habrá que ver qué sucede con el kirchnerismo si el ministro de Economía llega a la presidencia.

Nadie puede dudar a esta altura de las habilidades del ministro de Economía Sergio Massa para hacer valer sus intereses dentro del peronismo/kirchnerismo más todo lo que le quieran sumar.

Logró lo que nadie pudo, atrás quedó la generación diezmada, y tuvo que ver la decisión de “la jefa”, la que una vez más dejó claro cuáles son sus verdaderos intereses con la elección de Massa como candidato a la presidencia.

A nadie hay que explicarle que la gestión del ministro en Economía no es buena y hasta ahora el único logro es que evitó un desastre mayor del que padecemos -tras la salida de Martín Guzmán y del paso fugaz de Silvina Batakis-, pero esa pericia estuvo más relacionada a una cuestión política y no tanto a medidas económicas concretas.

Queda claro entonces que con el 114% de inflación anual, Massa no está mejorando la situación de los argentinos y los problemas que Cristina dice que tienen los trabajadores se agravan. Si ella afirma que piensa en la gente de menores recursos, por qué entonces va Massa como candidato, más allá de que el destituyente ministro del Interior Wado De Pedro, seguramente no tenía ni la más mínima idea de cómo arreglar el desastre que es la economía argentina.

Juan Vital Sourrouille

Para que tengan una idea, en enero de 1989 arrancaba el año electoral por la sucesión del gobierno de Raúl Alfonsín, ¿saben de cuánto fue el aumento de precios en ése mes? 8,9%. En abril de este año tuvimos el 8,4%. ¿A Alfonsín se la habría pasado por la cabeza poner de candidato a su ministro de Economía Juan Vital Sourrouille? Seguro que no, también es cierto que la inflación anual en enero del ´89 llegaba al 386%.

Bueno, pero hay un aspecto que es determinante en la elección de Cristina Fernández y que va mucho más allá del desempeño electoral que habría tenido la candidatura de De Pedro y la desastrosa gestión de Massa. Por distintos lados se va instalando la idea de que Massa ha logrado lo que no pudo el presidente Alberto Fernández y que tampoco consiguió hacer ningún funcionario de La Cámpora: ir mejorando la situación judicial de Cristina Fernández, el único motivo de preocupación real de la vicepresidente. La ex presidente en pocos meses logró dilatar la causa Hotesur, que se anule la causa por usar el avión oficial para llevar muebles a El Calafate en la que estaba procesada y también el sobreseimiento en el proceso por la ruta del dinero K. ¿Y el lawfare?

Carlos Saúl Menem y Juan Domingo Perón, los dos presidentes que más tiempo ocuparon el sillón de Rivadavia.

Todo es discutible y más en el peronismo, pero hay coincidencias en que el primer peronismo ocupó el lapso de tiempo desde el nacimiento del movimiento hasta la muerte de Juan Domingo Perón en 1973. El segundo, aunque varios renieguen, el de Carlos Menem (1989-1999) y el tercero el período de 20 años inaugurado con Néstor Kirchner en el 2003. Muchos comienzan a advertir que si Massa llega a la presidencia comienza el ciclo del cuarto peronismo, terminará la fase kirchnerista y arrancará el massismo; Sergio repetirá la fórmula peronista y, si todo va ok, irá alternando su permanencia en el poder con su esposa Malena Galmarini.

Como explicamos, Massa arranca la campaña con una muy mala gestión en economía, pero por sus vínculos con empresarios importantes, principalmente los mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano, y con otros millonarios nacionales, tendrá una gran cantidad de recursos para enfrentar a sus adversarios.

Todo esto Massa lo usará para ganar y quedarse en el poder, superando las categorías que plantea Alejandro Horowicz en su libro Los cuatro peronismos, el título del autor será una realidad si el tigrense llega al poder.

Malena Galmarini, Sergio Massa y atrás Daniel Vila.
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