“Uno traía a otro, los que no tenían trabajo, como mi papá cuando llegó, se juntaban al frente de la administración… ahí esperaban, cada tantas horas salía un principal y decía ‘ustedes tres, cinco… vengan’, y eso significaba que les iban a dar trabajo, pero primero tenían que pasar la prueba de la torre, y si pasaban los mandaban al hospital para la revisación y recién los ubicaban en un lugar de trabajo”.
La prueba de la torre “era la prueba de fuego, donde ahora es la bajada de la universidad, había una torre de madera, de unos quince metros más o menos, que se sujetaba con contravientos, unos cables de acero, subían y se tenían que tirar por los contravientos, y el que no pasaba la prueba ni siquiera lo mandaban para la revisación en el hospital, es terrible, pero así era… porque a esa gente la ocupaban para la perforación, eran carne de perro”.
“A mi papá lo trajo mi tío, que vivía en Villa Rosada, y lo llevó ahí porque no tenía donde estar, ahí estaba… cada vez que golpeaban la puerta se metía bajo la cama, por las dudas fuera el apuntador, que si los agarraban le anotaba el número de la chapa que tenía en la solapa y se quedaba sin trabajo”.(1) Kono Ivanoff llegó a Comodoro Rivadavia en 1931, convocado por su hermano Ganio.
No es lo peor, las condiciones de trabajo son terribles para los trabajadores del yacimiento estatal, el golpe de estado de 1930 aleja a Enrique Mosconi de la administración, y no es como la mayoría cree, él organizó el yacimiento y defendió la producción nacional, pero no las condiciones de trabajo de los obreros, eso fue después.
Por ahora, crucemos el Infiernillo y vamos al pueblo. La situación es calamitosa, hay desocupación, se paralizan las obras del puerto, no hay ni siquiera sala de primeros auxilios, es tiempo de crisis en el país y en el mundo, y como sucede en estos casos, la gente necesita estrechar vínculos y organizar actividades solidarias que les permitan sostenerse colectivamente, aferrarse a lo mejor que tienen: ellos mismos.
Pero muchos no tienen alternativa, y el interventor municipal pide a Y.P.F pasajes económicos para que estos hombres, casi todos inmigrantes, puedan viajar a otros lugares del país en busca de trabajo. Pobre gente, habían llegado buscando mejores condiciones de vida y se encuentra con esto. ¿Qué hacer? Siguen adelante, no tienen otra opción.
Los que se quedan trabajan para ayudarse mutuamente.
La identidad
En el pueblo ya están organizadas varias asociaciones. Se suman las creadas en los yacimientos que, por las restricciones y controles que allí existen, funcionan en el pueblo. Las actividades que realizan son de todo tipo, pero lo más importante es juntar fondos, para eso se multiplican los bailes y veladas artísticas.
Reparten las ganancias, tanto por ciento para el hospital que todos ansían, para la Casa del Niño o el Ropero Infantil, el mayor porcentaje es para la caja social, servicio de bien colectivo concebido en las filas del anarquismo y que las asociaciones toman para sí como parte de sus objetivos solidarios.
Se reúnen para compartir y fortalecer los elementos comunes de la cultura y el idioma para hacer frente a la política de “argentinización” en que está empeñado el gobierno nacional, Y.P.F y el interventor municipal, y también para diferenciarse de los provincianos que llegan del norte del país y también de los chilenos.
A las típicas fiestas de carnaval se suman los festejos en conmemoración de las fechas patrias del país de origen; así por ejemplo el Ceskoslovensky Klub, o Club Checoslovaco, se anuncia ante el interventor municipal como representante de los ciudadanos checoslovacos y pide permiso para realizar, el 10 de octubre de 1931, una función teatral y baile familiar en conmemoración del 13° aniversario de la independencia de la República Checa(2); la Sociedad Croata Domobran de S.M. organiza un baile público en la casa de Mateo Stiglich, en Brown y Belgrano, que se realiza para festejar la navidad el 24 de diciembre de 1932.(3)
Los alemanes, en este tiempo, cuentan con varias asociaciones que se multiplican durante la Guerra, pero antes, en abril de 1934 se reúnen en el bar Zeppelín, para celebrar el cumpleaños de Adolfo Hitler.
Entre los polacos se advierte un grupo homogéneo y de gran actividad cultural y social donde la solidaridad se erige como columna vertebral de la entidad, que se observa en la construcción comunitaria de la sede social; “los hombres se juntaban los fines de semana para hacer una vez los cimientos, otra vez para levantar las paredes, las mujeres no trabajábamos así pero también ayudábamos”(4). Sede que ofrecen con generosidad para las actividades de otras colectividades; allí, por ejemplo, se reúnen los griegos para formalizar la creación de la entidad, y también hacen los primeros bailes para recaudar fondos.
Los portugueses, en su gran mayoría, son originarios de la misma zona, no manifiestan diferencias internas de ningún tipo y, como la mayoría, se relacionan sólo entre ellos; cuando se les presenta la oportunidad de comprar el Salón Luso, juntan dinero entre los socios y apenas pueden devuelven cada centavo pedido prestado.
La Sociedad Helénica hace su primer baile el sábado 15 de octubre de 1938 “para socorrer indigentes de la colectividad”, como todas, la ayuda mutua es lo primero.
En este tiempo también se suceden los picnics. El Parque de Astra, el Parque F, Bahía Solano, en fin… son lugares para compartir el espacio al aire libre, comer, cantar y bailar.
Asociaciones gremiales y políticas
Hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial la actividad social y cultural es por demás intensa. Entre las instituciones organizadas se encuentran las de características gremiales y políticas; quienes las integran tienen una profunda conciencia de clase, por eso están al frente de las huelgas que reclaman mejores condiciones de trabajo.
Entre ellas se encuentran la Agrupación Obrera Lituana, el Club Instructivo Búlgaro Macedónico (5), también está el Comité Ucraniano y Bielorruso; y los que no están incorporados en estas entidades son los motores de las organizaciones gremiales que reúnen a trabajadores de distinto origen.
Son anarquistas, socialistas y comunistas. Abanderados de las ideas internacionales que buscan una sociedad sin división de clases, donde el hombre no sufra la explotación del hombre, y están convencidos de que la cultura es una de las herramientas más importantes, por eso organizan bibliotecas obreras, dictan conferencias, ponen en marcha rústicas imprentas, dirigen e integran elencos de teatro, promueven películas donde se muestra la lucha del pueblo en contra del hambre y la explotación, y hasta tienen el ideal de una Universidad Obrera.
Una visión internacional de la situación de los trabajadores y sus necesidades sociales y recreativas los moviliza en la organización de veladas artísticas. Ellos también necesitan recaudar fondos para la caja social de los sindicatos y para hacerse cargo de un mínimo jornal para los obreros despedidos tras las huelgas.
No le temen a las discusiones, todo lo contrario, son intelectuales con manos encallecidas por el trabajo petrolero. En la palabra tienen la mejor herramienta. Son censurados y después prohibidos. Pasará el tiempo, y serán “mala palabra”, y después… mucho después, sus hijos y nietos se avergonzarán de estos hombres que luchaban por un mundo más justo, según sus ideales.
También están los otros, los que tienen el respaldo de los gobiernos de origen. Desde diciembre de 1930 los ciudadanos alemanes cuentan con el servicio del consulado que brinda E. Mark, con residencia en Astra; el 4 de abril de 1933, se presenta ante el interventor municipal, el flamante cónsul A. Van Der Heiden, que representa a los Países Bajos en Comodoro Rivadavia, atiende en su oficina ubicada en Km. 27, más precisamente en la administración de la empresa Diadema Argentina S.A.(6)
Más adelante, se presenta el ing. Christopher Redman, miembro del Consejo de la Comunidad Británica en Argentina, sede Comodoro Rivadavia, que fija domicilio en la Administración de la Compañía Ferrocarrilera, en Km. 8.
La Segunda Guerra Mundial y las redes para ayudar a las víctimas
Los acontecimientos que se desencadenan en Europa, a partir de 1936 con la Guerra Civil Española (7), provocan gran inquietud en los inmigrantes que habitan Comodoro Rivadavia y los yacimientos petroleros.
La Patria y sus hermanos los necesitan. En Europa luchan unos con otros, aquí también. Unos y otros realizan bailes, kermeses, campañas para juntar ropa, medicamentos y dinero, para enviar a los familiares y los campos de refugiados a través de la Cruz Roja del propio país, o de la Cruz Roja Internacional.
Los españoles Amigos de la República tienen el apoyo de algunas asociaciones, sobre todo políticas, entre ellas la Societá Democrática Italiana, que ofrece un baile en el Cine Rex a beneficio del “socorro de los huérfanos de España”.(8)
Los alemanes residentes en el pueblo se manifiestan públicamente aunque están divididos entre los partidarios del kaiser y el fürer. Desde 1918 hasta poco antes de finalizar la Segunda Guerra, organizan varias entidades –Sociedad Sportivo El Pampero, Asociación Germana, Sociedad de Jóvenes Alemanas Argentinas, Sociedad Democrática Alemana, el Círculo Alemán de Beneficencia, y el Club Deportivo Alemán Olimpia.(9)
Apenas comienza la guerra muchos de ellos regresan para sumarse a las filas del ejército nazi; los que trabajan en el yacimiento son vigilados y relevados de puestos claves por temor a los atentados que pudieran hacer.
Al final de la guerra, sólo quedan en Comodoro Rivadavia los que soportaron la persecución por su condición de alemanes.
Los polacos en tanto, al día siguiente de la invasión de los alemanes al territorio polaco, forman una comisión para “ayudar a nuestros desgraciados hermanos que actualmente luchan en Polonia por su libertad”.(10)
Unos pocos jóvenes, viajan a Polonia para sumarse al ejército. Mientras tanto, la asociación organiza numerosos bailes, y como la mayoría, reparte las ganancias entre las “víctimas de la guerra, los huérfanos, y los pueblos que luchan contra el nazismo”, en fin… pero si quieren el permiso del comisionado municipal deben aportar a “los inundados de Buenos Aires, Santiago del Estero, o la Casa del Niño o el Ropero Infantil”, esto no está escrito en ninguna resolución, pero no les autorizan ningún beneficio que no lo considere.
Los búlgaros están divididos, entre el Club Instructivo y la Colectividad, presidida por Peter Dmieff Chilicoff. Cuando comienza la guerra muchos de ellos se van porque se corre la voz que después no podrán ingresar. Otros, identificados con la ideología comunista, se van después de la guerra cuando en el país se instala un gobierno de esa línea de pensamiento.
Aquí, en 1946, se forma el Comité territorial de ayuda a Bulgaria Libre, cuyo presidente es Gatcho Siracoff, y es el que firma el pedido para hacer un baile el 7 de setiembre, destinando el 15% para el hospital municipal, 15% caja social, y 70% para las víctimas de la guerra en Bulgaria. La fiesta se hace en el Salón Luso con la actuación de la orquesta Terraza. Hay remates, venta de bebidas y sorteos.(11)
Las tres asociaciones se disuelven al poco tiempo.
Entre los yugoslavos se agrega la Asociación de Yugoslavos Libres que, en 1945, colabora con la Cruz Roja Internacional, la entidad funciona en Brown 591, en la fecha conmemoran el primer aniversario de la República Yugoslava, en junio y julio de 1948 hacen bailes y picnics para recaudar fondos.(12)
Los checoslovacos seguirán reunidos en la asociación que fundaron a mediados de la década del ’20, pero en 1935 ya existe una Sociedad Slovaca, que marca la diferencia también por cuestiones políticas. En los años de guerra cada una junta fondos por separado.(13)
Los griegos se mantienen unidos, y también cuentan con un delegado de la Cruz Roja Helénica que, el 6 de febrero de 1943, pide permiso para las kermeses del “13 y 14 y demás días de carnaval, cuyo beneficio se destinará para atender las necesidades de los niños refugiados de Grecia”, aclarando que “se les enviarán productos argentinos”(14).
Por su parte, el delegado local del Consejo de la Comunidad Británica en Argentina, ya había pedido permiso para hacer un baile –30 de enero de 1943 en el subsuelo de la Casa Cánova- a beneficio de la Cruz Roja Británica, con el auspicio de la Cruz Roja Argentina.
Como siempre, el comisionado había enviado el expediente al comisario de policía, solicitando antecedentes, respondiendo que “la subcomisión de la Cruz Roja Británica está integrada por personas de reconocida honorabilidad y dados los fines humanitarios que persigue, que se autorice”.(15)
No había pasado lo mismo con los polacos en setiembre de 1939, que antes tuvieron que lograr el permiso del Gobernador del Territorio de Chubut para hacer actividades de beneficio para las víctimas de la guerra.
En cuanto a los galeses, muy pocos son los que residen en Comodoro Rivadavia, no están involucrados con ninguno de estos movimientos, pero sus descendientes se reúnen y piden permiso para hacer un baile en conmoración a la Gesta Galesa, la fiesta se realiza el 25 de julio de 1949 en el subsuelo de la Casa Cánova.(16)
Las restricciones
El 15 de mayo de 1939 el Poder Ejecutivo Nacional impone el Decreto N° 31.321 para reglamentar y supervisar las actividades de las asociaciones de extranjeros (17); cualquiera de ellas debe estar autorizada por el Gobernador del Territorio del Chubut, en 1943 por el Interventor militar en la municipalidad, y desde 1944 por el Gobernador Militar de Comodoro Rivadavia.
El gobierno está preocupado por la gran cantidad de extranjeros, a los que vincula con ideas ‘extranjerizantes’ y peligrosas para el país; la diferencia se marca más allá de las costumbres, las danzas, el idioma… hay que poner límite a los ‘gringos’, sostener y afianzar la ‘argentinidad’.
El Jefe de Policía del Chubut está preocupado por esto, y lo manifiesta cuando pide ayuda para las 30 familias, además de las que residen en las chacras, que perdieron todo en la inundación que se produce en Sarmiento. Envía una y otra carta, la ayuda que llega desde Comodoro Rivadavia no es suficiente e insiste, pide “ropa, víveres, carbón de petróleo que a ustedes les sobra, pues aquí se ha terminado por completo la leña y sin posibilidad alguna. Pensaba pedir a esa emisora radio U12 para que hiciera un llamado al pueblo para que cooperara en igual sentido, pero no me animo soy un convencido que nosotros no sentimos la necesidad de un argentino o no la creemos, tiene que ser un gringo, allí acudimos”.(18)
Al interventor militar también le preocupa, y quiere que se cumpla con la disposición nacional, por eso pide que revisen los libretos de las obras de teatro y las temáticas de las películas que ofrecen las asociaciones de extranjeros, además de los sindicatos.
El comisario del pueblo se toma el trabajo de leer la obra que los portugueses presentarán en su idioma para festejar, en 1943, el aniversario de la asociación “hacer lugar, considerando que es un idioma fácilmente traducible al castellano”. Todas las asociaciones pasan por lo mismo, salvo los españoles y los portugueses, los demás sufren la censura de las obras de teatro habladas en idioma original.
Los que más padecen las disposiciones son los soviéticos.
Los inmigrantes soviéticos
Y.P.F. los había instalado en un campamento separado, ubicado en el Valle B donde después se construyó Villa SUPE, en su mayoría son búlgaros, aunque también están los lituanos, ucranianos, bielorrusos y rusos, pero a todos les dicen “los soviéticos”.
En los otros yacimientos comparten los espacios laborales sin diferencias aunque “a esta gente les daban los peores trabajos, la construcción de zanjas y las pasarelas en el mar las hacían ellos, era impresionante el ritmo de trabajo que tenían, trabajaban a destajo y eran cuadrillas que tenían mucha movilidad, andaban aquí y allá” (19).
Desde diciembre de 1931 la Sociedad Ucraniana Blanco Rusa pide permiso a la municipalidad para organizar veladas artísticas y bailables en el Salón Astral y en el Luso; la más importante es la que realizan en octubre, mes de la conmemoración de la Revolución Socialista, o en noviembre cuando la URSS adhiere al calendario que se utiliza en el occidente. También organizan festejos a beneficio como es el caso del baile del 11 de mayo de 1940 destinando “el 60% a favor de los damnificados por las recientes inundaciones de Buenos Aires, y el 40%, a la Caja Social”.(20)
La mayoría de ellos trabaja en la Compañía Ferrocarrilera de Petróleo y tienen su sede en Alvear 958 “ahí se juntaban los paisanos para hacer teatro, bailes típicos, para ayudarse, mi esposo iba más porque yo, con el trabajo de los chicos, poco podía participar. La señora Victoria de Purins era la encargada de enseñar el idioma, las danzas típicas… organizaba el cuerpo de danzas, también teatro, pero como la mayoría estaba en Km. 8… doña Victoria reunía a los chicos en su casa”.(21)
La fiesta patria
Todas las asociaciones festejan la fecha patria más importante del país de origen, los Ucranianos y Bielorrusos también; por ello, el 29 de octubre de 1946 la “comisión de fiestas de los comités Ucranianos y Bielorruso piden permiso para que estas colectividades agrupadas bajo el seno de sus respectivos comités de ayuda a sus pueblos, puedan realizar el 10 de noviembre a las 19, en el Salón Luso, el festejo de la fecha patria de origen, que es el 29º Aniversario de la Revolución Socialista Soviética y la implantación del nuevo régimen político y social, denominado URSS”. Con lujo de detalles explican que, “nuestros países con Bilorusia y Ukrania entran en la confederación de las 16 repúblicas de las cuales se compone la URSS”.
Y con verdadero sentido fraternal dicen: “es indispensable que nosotros, desde esta nuestra segunda patria adoptiva celebremos esta ‘Histórica’ fecha cuya realización servirá para estrechar aún más los vínculos que unen los dos grandes pueblos, el de la Unión Soviética y el Pueblo Argentino”.
El comisionado lee atento la nota. En la policía local como en los yacimientos tienen los prontuarios de todos los trabajadores donde se consigna la ideología y participación en actividades gremiales, el seguimiento es permanente, y esta es gente de vigilar. El comisionado pide un informe a la policía, y responde que “no hay constancia que los comités Ukraniano y Bielorruso hayan sido autorizados por la superioridad para ejercer sus actividades, y que no han dado cumplimiento a las disposiciones vigentes”.(22)
Con tantos detalles, obvio, no tienen permiso. Pero no desisten y siguen organizando veladas, el 3 de febrero de 1947 solicitan permiso para hacer “un festival danzante para el 8 en el Salón Luso”, la recaudación será distribuida de la siguiente manera: 15% al Hospital, 5% al Ropero Infantil, 5% para la Caja Social, y 75% para la Cruz Roja Soviética. Pero tampoco tienen el permiso de la policía. Este es el último pedido que hacen a la municipalidad, sobre mediados de año, los “rusos” desaparecen como asociación, el golpe final se produce cuando un grupo de personas sin identificación ingresa a la sede, sacan todos los elementos a la calle –sillas, mesas, instrumentos de música, trajes típicos, todo- y le prenden fuego. La policía no actuó en este hecho.
Los “paisanos” se repliegan y a escondidas, dentro de sus casas, escuchan por onda corta, Radio Moscú. Al año 2000 ninguno de los protagonistas está con vida para dar testimonio, sólo algunas abuelas recuerdan el caso pero no quieren dar más detalles de lo que aquí se menciona.
Hasta la próxima guerra
Desde 1955 en adelante las asociaciones que no desaparecen tienen una discreta vida interior, la única que mantiene un sostenido crecimiento es la Asociación Española gracias al servicio médico que ofrecen; resisten el paso de una generación a otra el Centro Gallego, la Asociación Polaca, Asociación Portuguesa, Asociación Helénica, Asociación Yugoslava, la Asociación Croata Hrvatski Dom –fundada en 1949 con la llegada de gran cantidad de refugiados de la guerra-, la Asociación Israelita(23); en el 62 se reorganiza el Centro Austuriano, en 1968 surge la colectividad árabe.
La solidaridad aprendida las activa a la vida pública el 2 de abril de 1982 con la “Guerra de las Malvinas”. Apenas comienza el conflicto organizan una feria de platos en la calle San Martín, para aportar al Fondo Patriótico, y con ella inician una nueva etapa institucional.
Se organizan nuevas colectividades y otras se refundan –Paraguaya, Búlgaros, Germanos, Sudafricanos, Bolivianos, Ex Soviéticos, Checos y Eslovacos, y Brasilera-.
En 1987 se reúnen en la Comisión de Comunidades Extranjeras y organizan actividades para conmemorar el Día del Inmigrante, que incluye acto central, festival de danzas, feria de comidas típicas y una siempre polémica elección de Reina.
Muy pocas conservan el perfil de ayuda mutua que inspiraron a sus mayores para la creación. Las más, hacen el esfuerzo para que los nietos y bisnietos continúen con la tradición cultural de los inmigrantes.
Extraído del libro “Crónicas del Centenario” editado por Diario Crónica en 2001