martes, 22 de abril de 2025
El embajador Alfonsín se hizo presente aunque desconociendo absolutamente todo sobre el sector

La feria Conxemar además de ser un termómetro del mercado del congelado y una vidriera de las principales pesqueras del mundo, es ejemplo de lo que puede lograr un sector cuando cuenta con apoyo gubernamental. Realizar una comparación con lo que sucede en nuestro país resulta inevitable.

En las degustaciones del langostino de origen argentino que se realizan en muchos puntos de un centro de exposiciones de 37 mil metros cuadrados, puede comprobarse que cuando se habla de la calidad de nuestro recurso, no se exagera. Su textura, su sabor, su tamaño es superior a casi cualquier otro que se pruebe y no merece comparación con el langostino de cultivo.

Pero el visitante de Conxemar es muy probable que deguste langostinos en el stand de una empresa de Islandia, de Canadá o de muchas empresas de España, sin saber nunca que su origen es argentino, salvo que tenga un interés particular por averiguarlo. Es que el langostino salvaje y natural de nuestro país no se exhibe ni saborea en el pabellón nacional. Genera una sensación de disgusto tener que invitar al público a probarlo en puestos de empresas de otros países, cuando nada sería más fácil que montar una extraordinaria exposición de nuestros productos que, además, no se limitan solo al langostino.

Este no es un detalle menor, es el reflejo del grado de apoyo que recibe el sector empresario nacional. Como argentino se queda uno sorprendido del nivel de acompañamiento que recibe la actividad pesquera en España. Hemos mencionado durante estos días la presencia de las máximas autoridades nacionales, provinciales y locales que en sus discursos se ponen una y otra vez al servicio de un sector que genera riqueza para los españoles, pero lo más interesante es que ello no queda solo en discursos, sino que se materializa en acciones.

Realizar una comparación con lo que sucede en nuestro país es inevitable. Las inversiones del sector empresario pesquero en Argentina son todas realizadas sin apoyo financiero, sin acceso al crédito ni planes de subvención de tasas que aliviane la carga; los barcos se construyen con fondos propios; las fábricas crecen como producto exclusivo de reinversiones. El desarrollo a gran escala en estas condiciones es muy difícil y la desventaja comparativa con otros países es enorme.

Se vivieron situaciones bochornosas: como los insultos propinados por el subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, al empresario Fernando Álvarez Castellano de Conarpesa, empresa con cuarenta y cinco años en el país. El hecho se estima que derivará en una denuncia formal ante la Cancillería.

Luego de que Liberman discutiera de forma violenta con un colaborador directo de Fernando Álvarez, se dirigió al empresario que genera más de mil puestos de trabajo en Chubut diciéndole: “Vos sos un gallego de mier… que viene a robarse el pescado de los argentinos”. Esta situación vergonzosa ocurrió en el lobby del Hotel Negari, en Vigo, horas antes de que Conxemar quedara inaugurada.

También ha sido lamentable ver el triste papel del embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, al que hubo que explicarle absolutamente todo lo que hace a la industria pesquera nacional. Resulta inimaginable que algo semejante pudiera ocurrir con el embajador de español en Argentina.

Fuente: Revista Puerto

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