Pese a tener ya el pueblo un sistema de alumbrado público que hacía honor a sus pobladores, sus representantes en la comuna Srs. Joseph Jones, como presidente, y Eduardo Hahn, Luther Jones y Adolfo Knischnik, como vocales no estaban del todo conformes y aun aspiraban a mejorarlo si eso fuese posible. Es así como en la sesión que realizaron el 4 de diciembre de 1908 se autoriza al concejal Adolfo Knischnik para que en un próximo viaje que realizara a la Capital Federal, comprara “una muestra de sistema de alumbrado público que considerara más conveniente para el pueblo”. Para ese entonces el municipio de la ciudad de Buenos Aires se encontraba cambiando sus faroles a gas y kerosene por el moderno sistema eléctrico cuyo fluido aún se carecía en Trelew. Hago esta comparación a efecto de ubicarse en el tiempo, pues en la Capital Federal estos cambios recién quedaron terminados en 1928, cuando la intendencia del Dr. Guerrico apagó los últimos 85 faroles a kerosene existentes en su jurisdicción.
Para el mes de febrero ya se encontraba en Trelew el modelo elegido, el que consistía en un mechero accionado a gas de acetileno (carburo de calcio) el que venía provisto de un pequeño tanque de depósito para la colocación de carburo. La llama estaba protegida contra los vientos y las lluvias por cuatro vidrios unidos lateralmente y cerrados por un sobrero de metal en la parte superior.
En su sesión del 2 de febrero de 1909, el Concejo Deliberante resolvió que en el caso de que el farol comprado y que se está instalando resultase eficiente, desde ya se autorizaba al presidente para la compra de otras 15 unidades similares.
Tal cual se hiciera en anteriores oportunidades, el primer ensayo se hizo en la avenida Fontana esquina 25 de Mayo, frente al edificio del Bando de la Nación, y por los comentarios habidos el sistema ensayado mereció el mayor de los elogios, por lo que no se titubeó en ordenar la compra de otros 15 faroles, con una cierta cantidad de carburo, a la firma Carranza de Buenos Aires, por todo lo cual se abonó la suma de $1698.
No tardaron en llegar los faroles, los que se comenzaron a instalar de inmediato en las calles céntricas a razón de solo uno por cuadra y así nos encontramos que el semanario “Y Drafod” del 23 de julio de 1909, hace un comentario muy favorable sobre la iluminación del alumbrado público, aconsejando a los pobladores del valle que la próxima vez que se visiten Trelew, “lo hagan de noche para apreciar la excelente iluminación obtenida con el nuevo sistema”, a la vez que opina que no sería difícil que el Concejo Municipal de Gaiman tomara el mismo ejemplo. En verdad, el ejemplo precitado no solo es imitado por la Municipalidad de Gaiman, que a finales de 1912 ya tenían alumbrado público a gas de carburo sino también su similar de Rawson, la que inauguró el citado alumbrado público en noviembre de 1913.
Estas columnas con sus respectivas bases recién desaparecen en 1941, en ocasión de hacerse cargo del suministro la empresa Miguel San Martín, implantando el sistema de Farol colgante.
En este ajetreo relacionado con la instalación de un buen sistema de alumbrado para el pueblo, para lo cual era de fundamental importancia la elección del mejor tipo de farol debe destacarse en primer término la entusiasta y eficiente actuación que le ocupó al señor Joseph Jones, como presidente municipal en su concreción quien no escatimó esfuerzo alguno para ver cristalizada su idea. Por ellos y al analizar su actuación, no puedo menos que darle el nombre de “Intendente de la Luz”, así como a su sucesor en la presidencia del Honorable Concejo, Sr. Francisco Pecoraro, lo denominaría el “Intendente del Agua” por ser quien llevó a feliz término el problema del suministro del agua a la población.
Texto extraído del autor Matthew Henrry Jones