martes, 3 de diciembre de 2024

El El expresidente argentino, Mauricio Macri, habla con la calma (y algo del trauma) del que vivió un huracán hace mucho tiempo. Un huracán llamado Argentina. Su paso por el poder fue convulso, no solo por lo que supone coger el timón de una nación arrasada por la pobreza y la inflación sino porque su propia gestión, sobre todo al final, fue muy cuestionada. Macri ganó las elecciones en 2015 con un apoyo que lo erigió como el «primer presidente en 92 años que logró concluir su mandato no siendo peronista», resalta con orgullo.

Sin embargo, en sus últimos años de gobierno la gente ya no lo apoyaba tanto: «Perdí el control político de la Argentina», reconoce, entre otros errores. En 2019 terminaría desbancado por los mismos que derrotó: los kirchneristas. Aunque sería entonces Alberto Fernández el que le ganaría el pulso, siempre bajo el paraguas de Cristina Kirchner, a quien Macri considera acabada políticamente. «El año que viene empiezan 20 años de crecimiento, es el fin del populismo en Argentina», dice el expresidente de Boca.

«No solo Kirchner, cualquiera que quiera hiperrregular la economía, llenar de impuestos a la gente y atentar contra la cultura del trabajo fracasará», sentencia el argentino en la sede de Vocento, durante su paso por Madrid. Dice que su candidatura en 2023 como presidente requiere de una profunda decisión que no ha podido tomar, pero vaticina sin rodeos el resultado: «El populismo se acabó. El año que viene gobierna la oposición». Y concreta: «El gobierno será de Juntos por el Cambio y el presidente será del PRO».

Cuál es la medida de la que más se enorgullece de haber tomado como presidente y de la que más se arrepiente?

Lo más positivo, mas allá de las obras; las transformaciones; el increíble posicionamiento que habíamos logrado en el concierto mundial, por ejemplo, con el G20, así como el nivel de apoyo como nunca antes tuvo nuestro país, es haber demostrado que se podía ejercer el poder de otra manera, respetuosa de la libertad de expresión. Nunca mi Gobierno llamó a ningún periodista para quejarse de una crítica; nunca nos metimos con el Poder Judicial, aceptamos la independencia como corresponde, nos comprometimos con la transparencia. Hoy la gente puede comparar: el populismo versus lo que hicimos nosotros.

Por otro lado, de lo que me arrepiento y me duele es que perdí la capacidad de comunicarme con la gente; fue tal la agresión del kirchnerismo a finales de 2017 que me encerré y dejé de comunicarme con la sociedad. Me refiero a las 14 toneladas de piedras que nos lanzaron en 2017 en las inmediaciones del Congreso por una ley de mi Gobierno, a la interrupción de las sesiones en el Congreso…Fue ahí cuando perdí el control político del país.

¿Pero en cuanto a medidas concretas? Al margen de los achaques kirchenristas…

Debería haber aceptado establecer controles macroeconómicos en el tipo de cambio hasta el final de mi mandato para después reestablecer la libertad que tienen todos los poderes del mundo. Yo no entendí que habían entrado en guerra y que yo no iba a poder sostener la estabilidad del dólar que marca tanto la agenda de Argentina con semejante nivel de belicosidad por parte de ellos. Tendría que haber dado un paso atrás y cuando ganara la reelección ya volver a la normalidad. Eso fue un error.

A quién apoyará como candidato: ¿Bullrich o Larreta?

Los veo muy bien a los dos, veo una evolución permanente; el camino a ser presidente no es de un día para el otro, es un proceso en el que se va madurando, se va incorporando más visión, más conocimiento. Y tanto a ellos como a María Eugenia Vidal (exgobernadora de la provincia de Buenos Aires) y otros más del radicalismo los veo creciendo, aumentando su firmeza y su convicción en sus ideas…

Pero si tuviera que quedarse con uno de los dos…

Mi trabajo es hoy ayudarlos a crecer, y si veo que al final del camino uno garantiza el cambio y otro no, yo voy a jugar. Si no estoy seguro que hay una marcada diferencia no voy a pedir el voto por uno, creo en la sabiduría de la gente.

¿Y usted no se plantea ser candidato?

Estoy bien donde estoy. Es importante que se entienda en Argentina que no fracasan las personas, fracasan las ideas; lo que ha llevado a la Argentina a pasar de ser un país poderoso, más grande que España e Italia al que es hoy, que no es ni la mitad de España ha sido por aferrarnos a ideas arcaicas, anacrónicas y destructivas. Y ahora, cuando llegamos a unos niveles de pobreza que nunca nadie imaginó que la Argentina iba a tener, estamos entendiendo que esto no funciona más. Y ahí mismo es donde radica mi optimismo: la Argentina de Evita y Perón inventó el populismo pero va a ser la Argentina el primer país en quitarse el populismo de encima. El año que viene empiezan 20 años de crecimiento, es el fin del populismo en Argentina, y eso abre una oportunidad inédita, increíble para nuestro país.

-Dice que está bien donde está pero ¿no descarta presentarse como candidato?

Hoy estoy ayudando en esto de corazón porque sigo muy comprometido con los argentinos: sé por lo que están pasando, sé las angustias que tenemos y estoy ahí al pie del cañón. Pero creo que mi mejor aporte es ayudar a que se arme un gran equipo porque no creo que una sola persona haga ninguna diferencia.

Se lo pregunto de otra forma: ¿Le gustaría ser presidente otra vez?

No siento que necesite ni una revancha, ni una reivindicación, sé de la relación y el afecto que tengo de la gente pero creo que hoy yo tengo que batallar por las ideas y no por una cuestión individual.

Se puede batallar siendo presidente…

Pero eso requiere una decisión mucho más profunda que hoy no la he podido tomar. Ya fui presidente, estoy orgulloso y agradecido de la confianza de los argentinos. Me tuve que conformar con ser el primero en 92 años que logra terminar el mandato no siendo peronista, y ello a pesar de gobernar con esta versión salvaje del peronismo, que es el kirchenrismo, que tuvo la mayoría en el Congreso y en la sociedad durante todo mi gobierno e intentó que no terminarámos de gobernar.

Se está produciendo un señalamiento de de jueces, fiscales, periodistas….¿Cómo ve esa situación?

Espero que todos sepan que va a volver una convivencia de respeto, que hoy es cualquier lo opuesto: atropello, mentira, anomias, tomas de propiedad privada de pueblos originarios que no lo son, sindicalismos descontrolados que tiñen a todo el sindicalismo de comportamientos mafiosos, ocupación de escuelas en Buenos Aires…La Argentina está en un nivel de anarquía que nunca se ha visto, propia del colapso de un modelo kirchnerista que generó eso. Pero esto se acaba a partir del año que viene. Vamos a restablecer una convivencia a partir de la ley y eso va a generar un proceso de inversión y trabajo. No va a ser de un día para el otro, pero empieza un proceso en el cada día y cada año a vamos a estar mejor. En 20 años Argentina volverá a ocupar un lugar importante en el mundo. El populismo se acabó. El año que viene gobierna Juntos por el Cambio (ampliación de la alianza Cambiemos, que ganó las elecciones de 2015) y el presidente será del PRO (partido que formar parte de Juntos por el Cambio y cuya presidenta es Patricia Bullrich).

¿Es legítimo pensar que se instrumentalizó el intento de asesinato de Cristina?

Totalmente legítimo. Ha sido grotesco e innecesario porque tuvo un repudio inmediato y masivo de todos. No hacía falta volver a despreciar a los argentinos con un festivo cuando a tanta gente le cuesta llegar a fin de mes; sacar a los chicos de la escuela; acusar a la oposición; al periodismo; a los jueces ser responsable de algo que aparentemente hizo un grupo de trastornados que no tiene nada que ver con la política y menos con los otros poderes.

¿Pudo haber sido un montaje?

Es todo tan burdo que entiendo que la gente lo crea, pero yo nunca creí en las teorías conspirativas. Creo que es propio del nivel de improvisación con el que se manejan ellos.

Usted también recibe y recibió amenazas…

Sí. Y peor. Durante mi Gobierno tuve ataques de militantes kirchneristas y de milagro no terminé hospitalizado. Mujeres como Estela Carloto o Hebe de Bonafini agredieron a mi familia diciendo cosas como que había que usar las pistolas que las pistolas Táser con mi hija Antonia que tenía en ese momento 5 años.

¿Qué opina del triunfo de Meloni?

Me impresiona el liderazgo en ella. Y me gusta que reclame el derecho a ser una persona con libertad para elegir y que no te uniformicen los patrones. Cuando habla del tema económico ya se le confunden las cosas y cae en lugares comunes. Hay que buscar generar un sistema competitivo y transparente sin comportamientos mafiosos porque entonces nadie invierte y no hay empleo.

Fuente ABC

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