miércoles, 5 de febrero de 2025
Obreros reunidos en asamblea para constituir el Sindicato Único de Petroleros del Estado. Foto: Libro del Cincuentenario de Comodoro Rivadavia

La organización sindical de los obreros petroleros estatales se revitaliza a mediados de la década del 40, tras largos años de silencio a raíz de los fuertes controles de la actividad gremial. En setiembre de 1945 se designa a la comisión provisoria que será el sindicato de obreros y empleados de YPF, oficializándose el 10 de febrero de 1946.

Relata Carmela Trentino de Gatti: “En esa época, la gente obrera no tenía ningún beneficio, mi marido empezó a pedir cosas. No tenían transporte, iban y venían caminando por la vía, después pusieron camiones con lona, le decían la perrera. Él empezó a luchar para tener un sindicato. Se reunía clandestinamente en casa con otros compañeros. Teníamos que tapar ventanas y puertas con frazadas para que no se vea desde afuera. Estaban Ovejero, Saini, Molina, Petigrew, Vanobaz, Svrko y otros. El SUPE se formó en mi casa”.

Son muchos los nombres que impulsan la iniciativa, reunidos en lo que será el histórico movimiento azul, integrado por dirigentes de diversas extracciones ideológicas: comunistas, socialistas, radicales y, luego, peronistas. Son defensores a ultranza de la independencia sindical respecto de los partidos políticos.

El primer Secretario General es Américo Saini. El surgimiento de este sindicato coincide con la llegada al poder del peronismo, e incentivará especialmente la formación de gremios, siempre que respondan lealmente al Presidente Perón.

Los azules se niegan a ingresar a la CGT oficialista, por lo que el Gobierno no les otorga la personería gremial, concedida ya a la Federación SUPE de alcance nacional. Así, el sindicato local, queda claramente diferenciado del nacional, porque éste acepta la relación con el poder político, mientras que los dirigentes comodorenses rechazan esa idea.

Por eso, en Comodoro, se crea un sindicato paralelo, con apoyo de la Federación e integrada por leales al Gobierno. Esta agrupación, recordada como “sindicato chico” (con solo 200 miembros), actúa como fuerza de choque ante cada paro dispuesto por los azules que integran la absoluta mayoría de los obreros. Por eso se producen enfrentamientos en cada medida de fuerza, con encarcelamientos e intervenciones, contra el gremio de los azules, enfrentado no solo con el sindicato chico local, sino, también, con la conducción de la Federación nacional.

Finalmente, tras varios años, los azules ceden a las presiones, en 1951, y aceptan integrarse a la CGT oficial, en una asamblea verificada especialmente por la gobernación militar de Comodoro Rivadavia, a través de su representante Vito Palazzo.

Más allá del dominio del SUPE local por parte del movimiento azul, el gobierno peronista controla de cerca a los dirigentes de izquierda, lo que se verá reflejado en el encarcelamiento de unos 40 militantes, en su mayoría comunistas, entre los años 1951 y 1955.

En el recuerdo de los jubilados de YPF, ocupa un especial lugar Juan Bautista Espel, “el Maestro”, dirigente socialista que guió los primeros pasos de la insipiente organización obrera. Lo recuerda Juan Segura de la siguiente manera: “Hablaba él en las asambleas y se producía un silencio sepulcral. Hipnotizaba a todos. Siempre decía ‘no los quiero cansar’, pero la gente le pedía que siga. Un gran hombre, no quiso ser el Secretario General, pese a que hubiera ganado caminando, para no identificar al gremio con su ideología. Fue el único operario que rechazó la calificación 10, porque decía que eso era para los chupamedias. Un gran dirigente, un excelente operario y una mejor persona. Una noche se lo llevó el avión fantasma y fue encarcelado. Después cuando lo liberaron se radicó en Paraná”.

Extraído del libro “Crónicas del Centenario” editado por Diario Crónica en 2001

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