jueves, 13 de febrero de 2025

 

El primer argentino que en misión oficial llegó a la Antártida fue el alférez de Fragata José María Sobral como integrante de la expedición científica sueca que dirigía Otto Nordenskjöld. A fines de 1901 se encontraba en Buenos Aires la nave sueca Antartic que conducía la mencionada expedición, con el capitán Larsen al mando de la nave. Antes de partir hacia el sur el Gobierno Argentino creyó su deber agregar un representante de nuestra Armada por cuanto la misión sueca operaría en zona que nuestro país consideraba de su exclusivo derecho. El jefe de la expedición aceptó la sugerencia y de esa manera viajó Sobral a la Antártida a fines de 1901 como meteorólogo y geodesta, permaneciendo dos años en el continente helado.

En 1903, en el Mar de Weddell, el Antartic fue destrozado por el hielo y los expedicionarios debieron invernar precariamente en Bahía Esperanza y la isla Cerro Nevado (Snow Hill). Transcurrido el plazo convenido (2 años), sin tener noticias de la expedición, el Gobierno argentino envió en su auxilio la corbeta Uruguay al mando del teniente de Navío Julián Irízar, el auxilio llegó el 8 de noviembre de 1903. La operación de rescate se efectuó con todo éxito arribando a Buenos Aires el 2 de diciembre de 1903.

El día 9 de ese mismo mes los integrantes de la expedición científica ofrecieron un homenaje a los que habían efectuado con tanto acierto la misión de rescate. El doctor Nordenskjöld, en una parte de su discurso, dijo: “ES SEGURO QUE NUNCA OLVIDAREMOS EL PABELLÓN AZUL Y BLANCO, QUE FUE EL PRIMERO EN BUSCARNOS EN LA HORA DE LA ANGUSTIA”, PARA TERMINAR: “UNA EXPEDICIÓN SEMEJANTE, SIEMPRE SABRÁ AUMENTAR EL RESPETO Y EL HONOR DE LA BANDERA ARGENTINA”.

Durante el verano de 1903 recorrió el mar de Weddel, en el bergantín Scotia, la misión científica, organizada por el Dr. William S. Bruce. El 23 de marzo penetró en la bahía de la isla Laurie (de las Orcadas del Sur) donde instaló un destacamento naval con observatorio. A fines de ese año Bruce viajó a Buenos Aires y ofreció al Gobierno argentino las instalaciones por la suma de cinco mil pesos moneda nacional.

El estudio de la oferta fue encomendado al doctor Carlos Ibarguren, subsecretario del Ministerio de Agricultura, quien en su informe al Ministro expresa: “Percibí la importancia que tendría para la Argentina, no sólo en interés científico sino también político, práctico, el establecimiento permanente de una instalación oficial del gobierno en los que entonces se llamaban mares australes de la República, hoy Antártida”.

El proyecto fue inmediatamente aprobado y se encomendó al mismo Ibarguren la redacción del decreto que lleva fecha 2 de enero de 1904 por el que se acepta la propuesta de Bruce. El 21 de ese mes zarpaba el Scotia rumbo a las Orcadas del Sur llevando la comisión argentina que se haría cargo de las precarias instalaciones. La componían: Luciano H. Valette, Hugo A. Acuña y E.C. Szmula. A estos se agregaron el meteorólogo C. Mossman y el cocinero Smith de la expedición escocesa.

El 22 de febrero en sencilla ceremonia se hizo el traspaso de las instalaciones, la bandera escocesa fue sustituida por nuestra insignia nacional que a partir de ese momento flamea en forma ininterrumpida en aquel lejano lugar señalando la presencia argentina en la Antártida. Es la ocupación permanente más antigua de todas las efectuadas.

Al publicar el relato de estos hechos en 1906, Bruce hace el siguiente comentario: “Cuando el Scotia volvió a las islas en febrero de 1904 con una comisión argentina para hacerse cargo del observatorio, bajo los auspicios del gobierno argentino, la bandera argentina fue izada donde primeramente ondeara el león de aquella potencia”.

Al mismo tiempo con el observatorio se instaló también en la isla Laurie la primera oficina de correo, con matasellos propio, que funcionó en el continente antártico. Autor de esa iniciativa fue otro incansable defensor de la argentinidad en el Sur, Francisco P. Moreno.

El 8 de febrero de 1942 el capitán de Fragata Alberto J. Oddera, comandante del transporte Primero de Mayo, toma posesión formal, en nombre del Gobierno, del Sector Antártico Argentino en la isla Decepción. Vuelve a repetir la misma operación en el archipiélago Melchior el día 20 del mismo mes y el 24 en las islas Argentinas. En todos estos casos después del izamiento de la bandera, se redactó el acta correspondiente que fue colocada en un tubo metálico y depositada en el lugar. La presencia argentina se fue ampliando en los años siguientes con el establecimiento de nuevas bases en que todos los días se izaba y se sigue izando la bandera azul y blanca.

El 17 de abril de 1951 fue creado, el Instituto Antártico Argentino por decreto N° 7.338, para orientar, dirigir, controlar y ejecutar las investigaciones científico-técnicas del Sector; dio un gran impulso a esa actividad con una sistemática planificación y coordinación de las tareas.

La inocente actividad científica que desarrollaban las bases antárticas se vio perturbada el 1º de febrero de 1952, cuando el buque inglés John Biscoe inició el desembarco de materiales y gente en la bahía Esperanza (extremo norte de la península Trinidad) con el fin de levantar una base y enarbolar en ella su pabellón. El comandante de la guarnición argentina de bahía Esperanza, teniente de Corbeta Isidro Paradelo, obligó con fuego de ametralladora a reembarcar el contingente británico y ordenó arriar la bandera inglesa.

En 1954 se incorporó a las actividades antárticas el rompehielos General San Martín que durante 25 años surcó los helados mares antárticos llevando al tope de su mástil los colores patrios. El mismo posibilitó al año siguiente hacer pie en los hielos del mar Weddel e instalar allí la base Belgrano.

A principios de 1978 se radicaron en el destacamento Sargento Cabral, dependiente de la base Esperanza, las primeras familias en casas individuales. A partir de entonces se realizaron casamientos, tanto en ceremonias civiles como religiosas, y allí nacieron también los primeros argentinos antárticos. El 7 de enero de 1978 nació Emilio Marcos Palma y luego otros. En ese núcleo poblacional se inauguró el 14 de mayo de ese mismo año una guardería infantil y la primera escuela antártica. El 20 de octubre de 1979 inició sus transmisiones desde la base Esperanza LRA 36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel, primera emisora radial del continente antártico que trasmite diariamente sus programas con alcance mundial. También se realizan actos comíciales en las distintas bases, cuyos resultados son computados jurisdiccionalmente dentro de la provincia de Tierra del Fuego.

“Patagonia azul y blanca”, de Clemente Dumrauf

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