miércoles, 15 de enero de 2025
Las familias que se ubican en la zona oeste ganan terrenos en la ladera del cerro

Alrededor de los barrios 13 de Diciembre y 9 de Julio, construidos por Y.P.F. para el personal que trabaja en el faldeo del cerro y en la playa del 99, llamada también “playa de los pobres”, comienzan a asentarse nuevos grupos de gente.

Se multiplican los grupos de ocupación espontánea de tierras, alrededor de los barrios organizados. En todos los sectores de la ciudad hay ocupaciones “ilegales”, porque no hay tiempo para planificar o hacer toda la tramitación hasta obtener un terreno. Así surgen los barrios Newbery, Pietrobelli, Las Flores, La Floresta, San Martín, Quirno Costa y Stella Maris.

De esta manera, el núcleo original de tierras urbanizadas, que en 1942 es de 300 hectáreas, en 1960 ha incorporado otras 350 hectáreas, de los barrios Roca, Pueyrredón, 13 de Diciembre y 9 de Julio. En ese año, se mensuran otras 185 hectáreas sobre los barrios formados a partir de ocupaciones  ilegales, única forma de ir regularizando la situación a fin de llevar los servicios a los nuevos sectores.

El crecimiento urbano implica cambios en la composición demográfica, a raíz de que se trata de nuevos pobladores, en su mayoría chilenos, que han llegado a través de fuertes corrientes migratorias que produjo, años atrás, la realización de obras de la Gobernación Militar y, más recientemente, el “boom petrolero”. Impedidos de pagar impuestos para no ganar derecho sobre las tierras ocupadas, según normas de Migraciones para países limítrofes, los inmigrantes chilenos tampoco pueden acceder a otros servicios que presta la Municipalidad, como el de los camiones cisterna para abastecimiento de agua. Así, estos barrios crecen en la más absoluta marginalidad.

Lino Marcos Budiño, quien durante la década del ’60 desempeña una larga función como secretario de Bienestar Social de la Municipalidad, describe así la tónica de la acelerada explosión barrial:

“Extensas barriadas como Pietrobelli, Jorge Newbery, Las Flores, La Floresta, Ceferino Namuncurá y José Fuchs, antiguamente denominados Chile Chico y Payaguala, son el asiento de los contingentes más numerosos. Predominan en estos sectores la falta de agua corriente, cloacas y gas natural. Las viviendas, en su mayoría, son precarias, de chapa y madera y no tienen más que uno o dos dormitorios, a pesar de que el promedio de moradores por unidad de vivienda supera el número de seis. En otros casos, una misma dependencia habitacional hace las veces de cocina, comedor, dormitorio y sala de trabajo”

Fragmento libro “Crónicas del centenario”

 

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