En la zona norte, los que han sido hasta ese momento pueblos petroleros, comienzan a reclamar servicios municipales: en Km. 3 comienza un debate para evaluar su municipalización, análisis que se prolongará durante años, hasta entrada la década del ’70, al igual que otros barrios en similares condiciones.
Ya en 1962, Comodoro es uno de los ejidos urbanos más grandes del mundo, al incorporar a todos los campamentos petroleros a su planta municipal: posee un tamaño 5 veces superior a la Capital Federal, según evalúa en una mesa redonda el geólogo Roberto Scocco.
Poco después, el intendente municipal elegido en 1963, Juan Carlos Altuna, convoca al Centro de Ingenieros a trabajar en un proyecto de planificación para el crecimiento urbanístico, a fin de ordenar el crecimiento que sigue experimentando la ciudad. Sin embargo, no llegará a aplicarse y el avance espontáneo de los nuevos barrios, en todas las direcciones, continuará desbordando a cualquier intento de planificación.
En 1965, se inaugura el barrio Próspero Palazzo, en homenaje al aviador que murió en la década del ’30, cuando cumplía el servicio de la Aeroposta. El resto de los núcleos vecinales de la zona norte ha surgido en torno a la actividad petrolera, a excepción de Km. 5, que gira en torno al ferrocarril.
Fragmento del libro “Crónicas del centenario”.