Este lunes finalizó el juicio oral y público contra Leonardo Aquilanti, acusado de enriquecimiento ilícito durante su etapa de funcionario del gobierno de Mario Das Neves. Mientras se espera la decisión del Tribunal, el fiscal Omar Rodríguez, Jefe de la Unidad del Delito contra Administración Pública, aseguró que “no le dan los números” ya que “no se condicen las declaraciones juradas, los ingresos como funcionarios y el nivel de vida del acusado”.
“Ayer terminamos con los alegatos por la figura de enriquecimiento ilícito, está acusado él (Leonardo Aquilanti) junto a su señora (Claudia Zafaroni), en la semana nos van a citar para comunicarnos el veredicto. A Aquilanti no le da los números, porque con el sueldo de funcionario público adquirió la construcción de una casa, adquirió un terreno, un fondo comercial, pero en el medio viajó al exterior, compró auto 0 km de contado y una serie de gastos que a nuestras pericias contables no le cierran los números”, explicó el fiscal.
“La justificación que da es que, cuando él ingresa a la administración pública tenía 105.000 dólares producto de unas ventas y unos adelantos de herencia que había tenido en la década del 90, es decir, los últimos dólares que él recibe fue allá por el año 98 y lo único que declaró cuando ingresó a la administración pública fue un Fiat Tipo y una casa en Santa Fe. Para nosotros, esa situación no acredita que efectivamente haya tenido la plata cuando ingresó a la función pública, porque no la declaró y si uno toma el concepto de vida en el que él se desarrolló, no condice con el de una persona que tenía 105.000 dólares debajo el colchón, ni siquiera los había puesto en el banco por lo menos para que le genere algún interés”, detalló Omar Rodríguez en LU 20.
“En la primera declaración jurada del 2004-2005, dice que tiene un Fiat Tipo y un local comercial con un departamento arriba en Santa Fe y declara que tiene deudas, pero no dice nada de los dólares, que aparecen a partir de la investigación, cuando nosotros levantamos el secreto bancario, aparecen en un plazo fijo del Banco Hipotecario y que constituyó allá por el 2011 y ya llevaba casi 8 años de funcionario público”, agregó.
En cuanto a Claudia Zafaroni, esposa de Leonardo Aquilanti, el fiscal expresó que “cuando compró el terreno del local comercial no tenía ingresos declarados y ahora resulta ser que ganaba más que yo, nosotros vamos a buscar información en las declaraciones juradas impositivas, porque ella era monotributista y no tenía ingresos prácticamente, era la mujer de un funcionario público, no era cualquier mujer, Aquilanti no se hace cargo de que él tenía responsabilidades como funcionario público y la mujer, era la mujer de un funcionario público”.
Por último, afirmó que “Aquilanti, en su momento pidió un crédito en el IPV, lo hizo a través de una declaración jurada y él juró que no tenía ningún bien y por eso el IPV le dio un crédito para comenzar a construir la casa y resulta ser que después le encontramos que sí tenía bienes en Santa Fe, una casa que es la única que tenía en la declaración jurada del sistema del Tribunal de Cuentas”.
“Lo que se juzga es la credibilidad de la prueba y de los hechos de todo lo que se ventiló en el juicio, qué resulta más creíble, y la declaración jurada que él dice haber omitido, él tenía la obligación como funcionario público de declarar que tenía 105.000 dólares”, concluyó.