Las empresas langostineras congeladoras no nominarán buques hasta tanto los gremios acepten la baja del 30%; esta semana comenzarían las negociaciones en la Secretaría de Trabajo. La mayoría de los fresqueros ya decidió no participar si no hay cambios en el plan de manejo.
No se entiende por qué jugaron al misterio cuando evidentemente ya tenían no solo la opinión del Programa Langostino, sino también el diseño de prospección, con las subáreas elegidas y el número de barcos requeridos. Incluso ya se había decidido el día límite para la nominación de buques, el 23 de mayo.
Hasta esa fecha tienen las empresas congeladoras y fresqueras para definir si sacan los barcos o no. La inscripción se abrió para cuatro fresqueros y dieciséis congeladores, dándole prioridad a estos últimos que son los que habitualmente llevan observadores a bordo.
Las empresas congeladoras no participarán de la prospección si antes no se resuelve el conflicto por la baja salarial. Se espera que esta semana sean convocadas las cámaras y los gremios por la Secretaría de Trabajo, para comenzar el proceso de negociaciones por la rebaja del 30% en los valores de liquidación de la producción. La presentación formal ya se hizo.
La primera reunión a instancias de la autoridad laboral se realizaría antes de la fecha límite para la nominación de buques, pero todavía no se ha oficializado el día de la convocatoria. De todas formas, parece utópico pensar que en un primer encuentro CAPECA, CAPIP y los gremios lleguen a un acuerdo cuando las posturas son antagónicas.
En el sector fresquero, si bien no tienen definida una postura única, la mayoría ha optado por no participar de la prospección hasta que se acceda a la modificación del plan de manejo de langostino en el tiempo máximo de marea y la velocidad nocturna de navegación. En ALFA realizaron una votación entre los socios y la decisión fue unánime. En la misma sintonía se encuentran UDIPA y los fresqueros patagónicos.
Conarpesa anunció que tampoco nominará buques fresqueros y que mantendrá la planta cerrada, probablemente hasta la temporada de Rawson, porque no le dan los costos y el precio ofrecido para la compra no conforma a quienes podrían proveer materia prima. Ese es el otro problema que tienen los fresqueros, el precio no les cierra a las plantas ni a los barcos.
En Mar del Plata los fresqueros agrupados en ALFA y UDIPA prefieren seguir buscando calamar al menos hasta finales de junio, siendo que tiene demanda garantizada y buen precio. La opción entre una pesquería rentable y otra que no lo es, no deja lugar a dudas para los armadores.
Si no hay nominación de buques es imposible realizar la prospección y en contraposición a lo que han manifestado los dirigentes en las asambleas del SOMU, a las empresas no les cabe sanción; la propia representante en el CFP de la Provincia de Buenos Aires, Carla Seaín, lo confirmó en este medio. Por lo tanto, por el momento, nada los obliga a sacar los barcos.
Encontrar una solución en el corto plazo parece improbable. El Consejo no volverá a reunirse hasta el 28 de mayo, recién entonces habrá espacio para discutir y consultar a los biólogos sobre la posibilidad de incorporar las modificaciones requeridas a las medidas de manejo. De ser aceptadas, la situación podría resolverse, en parte, para los fresqueros.
La solución para los congeladores probablemente llevará aún más tiempo y nada garantiza que el conflicto no vaya a profundizarse. El presidente de Conarpesa anunció, tras la reunión en Barcelona, donde se definió la presentación de una propuesta única, que si sus tripulaciones aceptaban salir a pescar con las nuevas condiciones, iría a la justicia y buscaría se les permita despachar los barcos. Es de esperar que el SOMU se oponga. Serán unas semanas agitadas para el sector langostinero.