
Contando con el valioso aporte de la documentación existente en el Museo Policial de Rawson, podemos decir sin temor a equivocarnos, que la policía tuvo a su cargo la obligación de llevar a cabo la prestación de los primeros servicios públicos para la población del Chubut y tal vez fue la fundadora de los mismos a partir de 1880.
En efecto, cuando el extenso territorio comenzaba a poblarse, formando pequeños asentamientos muy distantes unos de otros, como una suerte de triángulo entre la costa, la cordillera y el sur, no existía ningún medio de comunicación entre ellos, quedando librados a la buena de Dios y no permitiendo a las autoridades con asiento en Rawson efectuar ningún tipo de control, ni llegar a dichos lugares con el apoyo que hubiera sido necesario.
Así estaban las cosas cuando en 1898 el entonces Gobernador Tello se propone la tarea de criar palomas mensajeras a efectos de establecer una especie de “correo” que según sus intenciones podría llegar a los lugares más apartados llevando correspondencia. Esta iniciativa se ve tronchada por la ida del mandatario en forma definitiva y es entonces cuando el nuevo mandatario Gobernador Carlos O’Donnell convencido de la imperiosa necesidad de establecer un vinculo entre la sede del gobierno y los pobladores del interior, dispone crear una “mensajería”, cuyo cometido seria cumplido por la policía.
Se estableció que cada 60 días, un hombre de la policía realizaría el servicio entre Rawson y Paso de Indios, llevando la correspondencia oficial y toda aquella otra que fuere necesaria. Como es de imaginar el trayecto que llevaría adelante el personal policial sería a caballo, único medio de movilidad de la época. Más tarde se dispuso que el servicio se cumpliera cada 30 días.
No es difícil imaginar el sacrificio que habrá significado para aquellos policías cumplir tan importante misión. Aún se conserva en el Museo Policial algún maletín de los utilizados para llevar a cabo semejante tarea, que vista más de 130 años después, tiene todos los visos de epopeya.
También por aquellos tiempos y valiéndonos de los documentos existentes en el museo, como el “Libro de Comisaría 1880-1886”, descubrimos que las primeras escuelas del Chubut, la N° 1 y la N° 2, ubicadas en Rawson y Gaiman respectivamente, contaron al decir del entonces Comisario de la Colonia, Don Lewis Jones en las páginas del parte diario ya mencionado, con una activa participación policial, la que podríamos calificar de decisiva en cuanto al logro de su inauguración y en toda tramitación que se relacionara con su ampliación y mejoramiento general.
Existen muchas constancias de las gestiones realizadas ante el Consejo Nacional de Educación, que confirman lo dicho precedentemente. Para comprender el valor que tuvo la intervención policial en situaciones que escapaban a su misión específica, habría que remontarse a la época en que estos acontecimientos se desarrollaron en el mismo desierto y con una carencia total de medios materiales.
Otro de los servicios públicos en que nuestra policía, podría decirse iniciadora, fue el penitenciario. No hace falta decir que para principios del siglo XX, el traslado y cuidado del los detenidos procesados y penados, no se encontraba organizado ni mucho menos. Se debe tener presente las distancias entre Rawson, la Capital del Territorio, asiento del único Tribunal existente y las poblaciones del interior. Los detenidos eran concentrados en las dependencias policiales del interior, como por ejemplo Paso de Indios por su ubicación estratégica y luego trasladados a Rawson, todo ello valiéndose de carros y caballos. A medida que los custodios de los detenidos llegaban a la Capital, permanecían vigilando a los procesados y así, casi inconscientemente se fue formando un grupo que comenzó a conocerse como “Guardia Cárcel”.
En los Archivos del Museo Policial se pueden consultar los libros que acreditan, por ejemplo, la nómina de los primeros funcionarios asignados a ese servicio. Se recuerda entre ellos a Don Antonio Carmelo Colares que llegó desde Gobernador Costa con una tropa de carros y los detenidos, quedándose en Rawson y pasando más tarde a integrar la nómina del nuevo “Servicio Penitenciario Nacional”, en el que permaneció hasta jubilarse; Don Rufino Da Fonseca y otros que fueron los fundadores del grupo de “Guardiacárceles” que formaron parte de la población de Rawson por muchos años.
Todo lo dicho aquí, es tan sólo una síntesis de hechos protagonizados hace cien años por la Policía del Chubut, la misma que hoy custodia nuestras vidas y nuestras haciendas y que llevó a cabo una tarea extraordinaria, que debe ser conocida por los actuales integrantes de la fuerza primero y la población en general, después, como justo reconocimiento a aquellos hombres que, sin la preparación ni los medios actuales, se constituyeron en verdaderos pioneros y ejemplo para generaciones más nuevas.
Fragmentos del libro “Para que la huella no se pierda”, del comisario retirado Mariano Héctor Iralde