lunes, 15 de septiembre de 2025

Economía

Lecturas

Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia. No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de…

Aquella mañana el juez Onofrio Clérici notó un aire distinto en el ir y venir de las gentes. Atravesaba todos los días la ciudad en un carruaje frágil, desde su casa hasta el Palacio de Justicia, y allí la gente llenaba las aceras, con aquel dejar caer cansadamente los hombros, los amontonamientos alrededor de las morenas vendedoras de castañas, los gritos de ciegos: lotería… millones… Y los golpes sordos…