La región se extiende casi desde el norte de la provincia del Neuquén hasta la Isla de los Estados, comprendiendo unos 2.200 km, una anchura máxima a la altura del lago Lácar Neuquén- de 75 km, y una mínima y hasta nula en distintas partes de Chubut y Santa Cruz. Puede calcularse su superficie en unos 63.000 km² y se la conoce indistintamente con los nombres de bosques andino-patagónicos, subantárticos, antárticos o australes.
Todo un mosaico de comunidades florísticas puede observarse en dicha zona, debido principalmente a la brusca disminución de las precipitaciones en no más de 50 km de Oeste a Este -de 4.000 mm a sólo 300 mm anuales-. Al respecto, la flora occidental -chilena- se distingue de la oriental por su mayor riqueza, exuberancia, frondosidad y desarrollo; pero las especies son prácticamente las mismas, deduciéndose entonces que el bosque oriental es igual al occidental pero con menor desarrollo. Diferente es su constitución de Norte a Sur, pues se aprecian comunidades vegetales predominantes y diferenciadas en cada área.
Su clima es templado frío y húmedo. Nieva todo el invierno en la parte norte, y durante casi todo el año en el sur. En este bosque viven cinco especies de Nothofagus: fiire, coihue, raulí, roble pellín y lenga, además del colihue. Algo similar ocurre con las coníferas autóctonas: pehuén, ciprés, alerce, ciprés de las Guaitecas, maniú macho y maniú hembra. El suelo está cubierto de gramíneas y plantitas de escasa altura, y abundantes florecillas de vistosos colores, en lo que se conoce como sotobosque.
Muchas especies de estos bosques se valorizaron como maderas de ley y se incorporaron al comercio. Sin embargo, no se los ha podido aprovechar suficientemente por varias razones: el elevado porcentaje de plantas enfermas; como el clima es poco propicio, el trabajo en el bosque se limita a seis meses; y los accidentes geográficos que dificultan las tareas de corte y transporte hacia los aserraderos. Igualmente ha habido un continuo abuso por desconocimiento del ecosistema: la tala irracional de los bosques, los incendios forestales realizados en el pasado y aún en el presente con ánimo enteramente devastador, el pastoreo irracional de esas áreas, unido todo a la ignorancia casi absoluta de la biología de especies y comunidades vegetales y animales.
Con respecto a los incendios provocados -rozamiento-, esta costumbre ha sido traída por los chilenos, gente que aplica este método para dar lugar a la cría de animales o iniciar tareas agrícolas. Estos procedimientos provocan que luego las lluvias decapiten el suelo fértil al no encontrar obstáculos en su erosión.
De los 370 géneros que aproximadamente componen a la flora de los Bosques Andino-patagónicos, alrededor de 20 de ellos comprenden plantas arbóreas. La gran masa boscosa que domina en más de un 90%, tiene como especies casi exclusivas a los distintos Nothofagus.
Llama la atención, sin embargo, que casi no se les dé cabida a las especies autóctonas, que por una u otra causa se dejan de lado, no obstante existir numerosas hierbas, subarbustos, arbustos o árboles de gran valor ornamental.
Asimismo cobran importancia los cultivos de grosella, frambuesa y frutilla, y en la región del Lanín, el aprovechamiento de los piñones de araucaria.
Para 1995 se había iniciado un estudio intensivo de 1.000.000 de hectáreas, deduciéndose un promedio histórico de 3.000 hectáreas anuales quemadas, las que se redujeron a partir de 1992 a 700. Por citar algunos casos, Sarobe por 1940 y Feldman Josín en 1953 y 1963, denunciaron los rociados con autorización oficial chilena en tierras argentinas.
La Argentina posee en esta región de bosques Andino-patagónicos los siguientes Parques Nacionales: Laguna Blanca, Lanín, Nahuel Huapi, Los Alerces y su anexo Puelo, Perito Moreno, Los Glaciares y Tierra del Fuego.
Tanto en estos parques así como en el área general de los bosques andino-patagónicos, la fauna más representativa está dada por el huemul-ciervo autóctono, ciervo rojo, pudú, guanaco, mara, coipo y depredadores (zorro, puma, hurón, zorrino, lechuza, halcón, etc.), además de una gran variedad de aves: gaviotas, bandurrias, patos, avutardas, chorlos, teros, cisnes de cuello negro, flamencos, etc.