martes, 24 de junio de 2025
Chejchejaguel, tío del cacique Kánkel, famoso entre su gente por dar muerte al renombrado cuatrero Asencio Brunel

En 1895 Brunel intentó apropiarse de las tropillas de la tribu de Kánkel, que acababa de celebrar un camaruco en el curso medio del río Senguer. Brunel, como era su costumbre, al anochecer se acercó al campamento disfrazado con un cuero de puma, pero su presencia fue advertida y lo atraparon. Kánkel y otro miembro de la tribu lo entregaron en la colonia galesa 16 de Octubre (actual Trevelin) a Eugenio Tello, segundo Gobernador del Territorio del Chubut, quien se encontraba de gira por el Territorio. El sacerdote salesiano Bernardo Vacchina, quien integraba la comitiva del Gobernador, lo conoció en esa ocasión:

“El cacique Kánkel es natural de Santa Cruz, pero al presente vive en este Territorio. Es de estatura arrogante, de porte noble y simpático, habla bien el español y parece muy listo. Su gente se compone de pocas familias que desde más de cuatro años no ven sacerdote, le ofrecí irlos a visitar, pero él se mostró indiferente” (Vachina, sin fecha, edic.).

Poco después, el cuatrero volvió a rondar las tolderías de Kánkel. Cuando un grupo de mujeres se había alejado de los toldos para recolectar verduras silvestres, Brunel se acercó al galope sin que advirtieran su presencia y robó a una de las más jóvenes. La mujer regresó a los pocos días, pero no supo o no quiso precisar donde se escondía su secuestrador.

Brunel siguió haciendo de las suyas hasta que en septiembre de 1900 nuevamente pretendió robar las tropillas de Kánkel. Cuando espiaba la toldería desde el filo de una loma, fue avistado por las mujeres, que de inmediato alertaron de su presencia. Con disimulo, los hombres montaron sus caballos y se alejaron en distintas direcciones con el propósito de cercarlo. Brunel advirtió que le habían tendido una trampa y estaba a punto de ser rodeado. Pese a ello, consiguió eludir el cerco y galopó en dirección al suroeste. Los tehuelches partieron tras de él. Tras galopar varias decenas de kilómetros, Brunel arribo al río Guenguel, el que se encontraba cubierto por una capa de hielo. Aunque la escarcha cedió mientras lo cruzaba, alcanzó la ribera opuesta. En ese mismo momento, Chejchejaguel, tío del cacique Kánkel, puso pie en tierra y le disparó con un Winchester. Brunel cayó al suelo con la espalda perforada y murió en el acto. Luego los tehuelches escondieron el cuerpo entre unas matas, lo cubrieron de ramas y lo prendieron fuego.

En 1902, gente de la tribu del tehuelche Quilchamal le relató el hecho al explorador Clemente Onelli. Para los tehuelches, el tío de Kánkel, matador de Brunel, era un héroe. Poco después Onelli encontró los restos del cadáver del cuatrero, con lo que confirmó la veracidad de la historia”.

Pese a que se comprobó que fue muerto por los tehuelches Brunel continuó robando caballos y fue apresado y muerto en varias ocasiones. Algunas décadas después se comprendió la verdad: en realidad, eran “los hermanos Brunel”.

Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado.

 

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