En el tren que partiera hacia Madryn el viernes 30 de octubre, se produjo el incendio de dos vagones con pasto, destinado a un Puerto de Santa Cruz, suponiéndose que fue provocado por chispas desprendidas de la locomotora, hecho que se descubrió a la altura del km 56. Con toda premura el personal del tren desenganchó ambos vagones con el fin de evitar que el fuego se propagara a los coches de los pasajeros, con las consecuencias que son de imaginar. Felizmente de esta manera no pasó de un susto para los pasajeros, la pérdida de los 3000 fardos de pasto y de los deterioros ocasionados en plataformas.
La temporada balnearia de Playa Unión, que estaba en pleno apogeo, vio su concurrencia disminuida los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes, debido a que los trenes de excursión, que normalmente conducían en esos días, miles de pasajeros ansiosos de pasar horas de esparcimiento a orillas del mar, habían sido suprimidos por la superioridad, hecho éste que fue duramente sus criticado, lo que ocurría por primera vez desde que el ramal ferroviario fuese inaugurado en 1925. Lo peor del caso fue que la medida restrictiva, no fue anunciada con anterioridad y los ilusionados excursionistas, después de esperar horas en las estaciones de Dolavon, Gaiman y Trelew, debieron regresar a sus casas.
Fragmento del libro “Trelew, un desafío patagónico”, de Matthew Henry Jones (El Regional)