Tal cual se venía anunciando el jueves 22 de marzo. a las 10.00 horas, se inauguró el ramal ferroviario Trelew-Rawson. Antes de la hora indicada, gran cantidad de público se había reunido en la estación local, para el que se disponía de un solo vagón de pasajeros, el que se reservo para damas y señoritas, y de 5 vagones cerrados dentro de los cuales se habían colocado los bancos, que se trajeron de la Plaza Independencia, con el fin de que las personas de más edad puedan ir sentadas.
La conducción del tren se encontraba a cargo del señor Bronard, con quien colaboraba como foguista el señor Esber, oficiando como guarda el señor Marcelo Bonfiglio. El entusiasmo llegó a su máximo, con gritos y vítores, cuando el silbato de la locomotora anunciaba la iniciación de tan histórico viaje, algarabía a la cual se unieron los toques de bocinas de los automóviles que se encontraban en la estación, la mayoría de los cuales también se trasladaron hasta Rawson, en cuyo trayecto también esperaron el paso del convoy especialmente en aquellos lugares en que el camino se acercaba a las vías, para ruidosamente saludarlos, saludos que eran respondidos con idéntico o mayor entusiasmo por los del tren.
Habrían pasado unos 30 minutos desde que partiera el tren, cuando en la estación local sonó el teléfono y al ir a atenderlo el que estas líneas escribe, a la sazón cadete de la estación Trelew, reconocí la voz del guarda del tren, señor Bonfiglio, quien por teléfono portátil que siempre llevaba cuando estaba de servicio, solicitaba la presencia del jefe de la estación señor Ángel Perdomo, para informarle que la locomotora había descarrilado en las proximidades de Casa Blanca. Tan grave noticia me dejo desorientado, pero antes de retirarme del aparato para llamar al jefe, recuerdo que alcancé a preguntarle si había heridos entre los pasajeros, contestándome el señor Bonfiglio que felizmente no los había y que todo se reducía al pequeño susto que habían pasado. Luego, por intermedio del señor Perdomo, me enteré que el accidente se había debido a que el terraplén había cedido al no estar bien asentado, pero como se avanzaba a escasa velocidad, los daños provocados en las vías no eran de importancia, por lo que calculaban que podían repararse en poco tiempo.
Para estar presentes en los citados arreglos, el señor Perdomo se hizo conducir de inmediato en un automóvil al lugar del accidente, desde donde regresó a eso de las 11.30 horas. Al parecer la locomotora empleada tampoco se encontraba en condiciones, ya que hizo un consumo excesivo de agua y hubo que aprovisionarla en varias ocasiones. Pese a todos estos inconvenientes se logró llegar a Rawson a esos de las 13.15 horas, no sin antes ser aclamados por gran cantidad de personas, vecinos de Rawson en su mayoría, que con sus vehículos se habían ubicado en las cercanías del Puente Lamarque y desde allí prácticamente fueron escoltando al tren hasta que se detuvo en la estación provisoria, levantada frente a la plaza que existía calle por medio con la Iglesia Parroquial.
Para los pobladores de Rawson, pese al frío y lluvia que tuvieron que soportar, fue este un día muy importante pues con la llegada del ferrocarril se sintieron “más cerca” de sus vecinos del valle, renaciendo sus esperanzas de ver construido, en un futuro cercano, el ramal ferroviario no solo hasta Playa Unión, sino hasta su puerto en la desembocadura del Rio Chubut.
Pero para dejar debidamente terminado este ramal, faltaba aún completar diversos trabajos en las vías, como ser reforzar los terraplenes y alcantarillas, y construir ramales de desvíos, triangulo para el cambio de dirección de la locomotora, etc, como así también edificar la estación de Rawson, trabajos estos que demandaron 7 meses de intensa tarea, calculándose que todo estaría terminado para el 12 de octubre, fecha que se pensó primeramente habilitarlos pero el mal tiempo reinante atrasó dichos trabajos por lo que recién quedo el servicio liberado al público el miércoles 17 de octubre a las 08.20 horas.
El horario establecido fijaba la salida de Trelew todos los días a las 08.20 horas, tren que llegaba a Rawson a las 09.00, para regresar a las 12.00 llegando a Trelew a las 12.40. Además de estos trenes, los días martes y viernes salía uno a las 17.00 regresando desde Rawson a las 17.00 horas del día siguiente.
Justo al mes, o sea el sábado 17 de noviembre de 1923, SE INAUGURÓ EL RAMAL DE RAWSON A PLAYA UNIÓN, acontecimiento que resultó una espléndida fiesta. Para ello se hizo correr un tren especial desde Trelew, el que previa detención en Rawson llegó a Playa Unión a las 11.30 horas, pero desde Rawson, otros dos trenes lo habían precedido, llegando a las 10.00 el primero y el otro a las 11.00 horas, todos ellos repletos de pasajeros, calculándose que en playa se habían reunido más de 1.000 personas. Allí se habían levantado varias carpas y mesas tendidas en forma de un amplio cuadro por un lado y una piedra, pendiente de una cabreada, indicaba la ubicación del balneario. La piedra fundacional, de 700 kilos, había sido donada por el señor Nicolás Federici, la que durante la ceremonia fue bendecida por el padre Francisco Vidal, actuando como padrino el señor gobernador interino, don Julio Berdera, y madrina la señora Delfina B. de Lápido.
Al terminar la ceremonia, a eso de las 12.30horas, los asistentes se dirigieron a una amplia mesa ubicada en plena playa, adornada con guirnaldas y gallardetes que daban la grandeza que el acto significaba. Durante todo el tiempo, la banda de música de la gobernación hizo oír sus armoniosas notas que alegraban el ambiente. Durante la comida se sirvió vino de fabricación casera donado por el señor Enrique Gilardino y por los RR.PP. del Colegio Salesiano de Rawson, cuyas calidades merecieron los elogios de toda la concurrencia.
Párrafos de Matthew Henry Jones
Fotos del Facebook “Rawson Olvidado”, de Julio Dimol
1 comentario
Creo que quizá quizo poner que el guarda llevaba un TELEGRAFO PORTATIL Y NO UN TELEFONO