
Sobre la etapa de expansión del lanar estimulado por una tendencia a la estabilidad o suba de la cotización de la lana en los mercados y a la sombra de las sucursales de grandes firmas comerciales, crecieron hasta 1919 quienes fueron los más importantes comerciantes de Trelew: una mediana burguesía comercial, que operando sobre el crédito obtenido y extendido en el negocio de ramos generales, diversificó sus actividades, amplió la escala de sus negocios y extendió su hinterland, hasta que, agotado el ciclo de la lana, se encontró en una situación vulnerable a la que muchos no sobrevivieron.
Muchos apellidos de comerciantes diversificados de Trelew que llegaron a formar parte de la élite local en las primeras tres décadas del siglo XX, fueron desapareciendo del primer plano y de la memoria del pueblo, a no ser que algún memorioso cronista o nombre de alguna calle los rescate del olvido. Francisco Pecoraro, Angel Bottaro, Pascual Daleoso y otros tantos.
Algunos, los más jóvenes y adaptativos, como Pedro Corradi, Christoph Poppe, Thies Kubaseck, José Ojeda, José María Martínez, Francisco Blaya Dougnac, Francisco Pérez Aguirre, José Joaquín, Narciso Monají, Victoriano Ayuso, sobrevivieron, y mantuvieron o mejoraron posiciones de liderazgo y/o status junto con los nuevos profesionales que se incorporaban (Jorge J. Galina, Eusebio Zubasti, Jaime González Bonorino, Carlos Saglietto, Armando Rentería Beltrán, Rocío Ortiz, Rigoberto Gaffet, Alberto González Gallastegui, Pedro Silva, Eduardo Craig, Julio Giordano, Agustín Bardaro), entre ellos los primeros nativos de Trelew que habían integrado las primeras promociones del Colegio Nacional local: el farmacéutico Juan Margara y su hermano el médico Adolfo, hijos de un inmigrante italiano; el escribano José Oroquieta, con amplio radio de parentesco en la zona de 28 de Julio. Trelew contaba en los 40′ con siete médicos, quince abogados, cuatro odontólogos, seis ingenieros y tres farmacéuticos.
Buena parte de esos nombres se repiten en la conducción del Rotary Club, a partir de su constitución en febrero de 1938, y participando también en la constitución de la Cámara de Industria y Comercio del Este del Chubut, en 1952, cuando la onda expansiva de la inversión pública, el crédito y el aliento de la inflación, baja pero ya instalada, puso en primera línea a una nueva generación de comerciantes, profesionales e intelectuales que acompañarían luego la etapa fundacional de la Provincia.
Fragmento del libro “Trelew y su hinterland 1889-1999”, de Horacio Ibarra y Carlos Hernández