El gobernador electo Ignacio Torres sabe que recibirá el próximo 10 de diciembre una provincia totalmente endeudada con vencimientos que deberá renegociar rápidamente o se le convertirán en un problema imposible de afrontar. Además, la producción de petróleo en franca caída y los ingresos por coparticipación pierden terreno en la comparación con la inflación, terminan de configurar un presente económico que rápidamente pondrá a prueba la muñeca política y financiera del joven mandatario.
Pero no es la única bomba que heredará Torres del gobierno actual, hay otra igual de preocupante que tiene que ver con la innumerable cantidad de personas/familiares/militantes que el gobierno de Arcioni está metiendo en la planta permanente del Estado sin concursos ni funciones determinadas y que amenazan con llevar masa salarial a límites difíciles de afrontar.
En los últimos 7 días, el Ministerio de Gobierno y Justicia incorporó a planta temporaria a 22 personas.
El Ministerio de Infraestructura, por su parte, contrató a otras 61.
En menos de una semana, hay 83 nuevos “trabajadores” en el Estado. Esta modalidad se repitió a lo largo de 2023, el Boletín Oficial reflejó semanalmente largos listados de personas que ingresaron a trabajar al Estado, asegurándose un empleo fijo con aportes y obra social hasta que se jubilen.
Las incorporaciones son masivas y, en muchos casos, no respetan los requisitos mínimos legales que se necesitan para entrar al Estado. Hace poco más de un mes, en un largo listado de militantes que iban a ingresar al Ministerio de Familia, varios no superaron el certificado de antecedentes policiales, habían tenido causas judiciales, algunos inclusos las están tramitando en este momento.
Nadie sabe qué funciones iban a cumplir en el Ministerio, ni siquiera si iban a presentarse a trabajar pero había un compromiso de los funcionarios de Arcioni con los militantes que trabajaron en la campaña y había que meterlos, a cualquier precio, en planta permanente.
El problema lo tendrán los que vengan después, que se encontrarán con una administración pública superpoblada, con personas que no tienen una función determinada dentro del organismo, no se sabe qué pueden hacer ni por qué están ocupando los lugares que tienen pero que multiplicado por miles representan un gran problema para el gobernante de turno y para todos los chubutenses que necesitamos un Estado que funcione de manera dinámica, eficiente y eficaz.
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